• Menu
Sanliurfa

Cuándo viajar a Turquía

Quienes deseen visitar Turquía harían bien en recordar que la mejor época para el turismo es la primavera, seguida del otoño y, a continuación, el verano. La temporada menos favorable para los viajeros es el invierno, aun cuando en este caso también podrán realizar actividades gratificantes que harán que su estancia merezca la pena.

En Turquía, la primavera empieza en abril y se prolonga hasta mediados de junio. Durante esta época el clima es moderado y los días son más largos que las noches.

Si desea visitar Capadocia o Estambul en primavera, conviene que reserve su viaje con antelación suficiente, ya que es temporada alta en ambos sitios y la mayoría de los hoteles con encanto no suelen tener habitaciones libres. Los precios de los vuelos también son más altos de lo habitual, por lo que sería recomendable comparar tarifas antes de comprar los billetes.

El otoño turco comienza a mediados de septiembre y termina en octubre. El clima es suave pero los días son más cortos y normalmente en octubre empieza a llover. La mayoría de hoteles con encanto de Capadocia y Estambul aún estarán llenos por entonces, pero puede buscar alojamiento en los centros vacacionales de las playas, donde hay menos gente y los precios son más reducidos.

Entre mediados de junio y mediados de septiembre es verano en el país. Los turistas suelen acudir en masa a la costa debido a que el clima es bastante cálido: durante el día las temperaturas pueden superar los 30 °C. En esta época, Estambul recibe menos visitantes de lo habitual, al igual que ocurre en Capadocia.

En Turquía el invierno empieza en noviembre y termina en marzo. En la meseta se registran las temperaturas más extremas del país, que alcanzan los 30 y los 40° bajo cero en la parte oriental. En el occidente turco, se registran temperaturas por debajo de 1 °C.

En esta época, solo el sureste del país mantiene un clima templado, en el resto del territorio el tiempo es frío y lluvioso. Hay algunos días de sol, pero son fríos.

Los precios de alojamientos y transporte son más bajos en invierno y es más fácil encontrar buenas habitaciones.