Rezar en el Muro de las Lamentaciones
El Muro de las Lamentaciones, ubicado en la Ciudad Vieja de Jerusalén, es un resto de la estructura de cerramiento, erigida en tiempos de Herodes, que soportaba el Segundo Templo, un importante santuario judío.
Los romanos destruyeron el templo en el año 70 d. C., para desconsuelo absoluto del pueblo judío. Durante siglos, los judíos se lamentaron ante este muro por la destrucción de su templo, llevando a que los europeos le dieran el sobrenombre de Muro de las Lamentaciones.
Hoy el muro sigue siendo un sitio sagrado para el judaísmo y se ha convertido en lugar de oración. Los judíos lo visitan regularmente (incluso a diario) para recitar oraciones, cánticos y el Libro de los Salmos al completo.
Por supuesto, se puede visitar el muro, independientemente de la religión que se profese. Si es usted un hombre deberá cubrirse la cabeza con un sombrero o con artículos que se ofrecen al efecto de forma gratuita en el mismo muro. Si es usted una mujer, deberá llevar una falda que llegue por debajo de las rodillas y los hombros cubiertos.
Tenga en cuenta que hombres y mujeres tienen zonas de oración separadas.
Si lo desea, también puede escribir su plegaria en un papel y meterlo en una rendija del muro. Está extendida la creencia de que cuando se hace así, las oraciones son más efectivas.
Seguir la pista de Jesús
Si quiere relacionar el Israel del Nuevo Testamento con su versión actual, caminar por la ruta de Jesús es lo ideal. Esta pista ofrece 65 kilómetros de aventura que le permitirán contemplar y vivenciar los lugares frecuentados por Jesús durante su ministerio en Galilea.
La caminata de cuatro días empieza en Nazaret y lleva a Séforis, Caná, Kibbutz Lavi, los Cuernos de Hattin, Nebi Shu’eib, el Parque Nacional de Arbel, Kibbutz Ginosar, Tabgha, el Monte de las Bienaventuranzas y Cafarnaúm.
La ruta está bien señalizada y le llevará sin incidencias a destino. Claro que siempre puede consultar un mapa o un dispositivo GPS.
Puede accederse a transporte, comida y agua a lo largo de la ruta. El alojamiento tampoco supone un problema, ya que puede quedarse en cualquiera de los hoteles, establecimientos de cama y desayuno, o camping de los pueblos y ciudades por los que pase.
Bien por cuenta propia o con un club de senderismo, hacer la ruta de Jesús constituye una experiencia única en la vida, en la que pisará los caminos que él pisó y verá cosas que posiblemente él viera entonces.
Vivir una aventura sobre dos ruedas
El ciclismo es una forma estupenda de viajar por Israel, ya que le permite saborear el imponente panorama a la vez que realiza una actividad física entretenida.
Puesto que el ciclismo se ha convertido en un deporte popular en el país, sigue aumentando el número de carriles para bicicletas, tanto en áreas urbanas como rurales y en rutas alejadas de las carreteras.
Los carriles están diseñados según distintos niveles de habilidad; los hay para familias (fáciles), ciclismo de recreo (moderadamente fáciles) y ciclistas expertos (difíciles).
Traer bicicletas a Israel es más que posible. De hecho, algunas líneas aéreas no cobran tasas por llevar las bicis.
Cuando se desplace con su bicicleta hasta el lugar donde se inicie el recorrido, deberá llevarla en un autobús y pagar un 50% más del precio del billete. Si no tiene bici propia, puede alquilar una en el mismo sitio o a través de cualquier compañía de alquiler de bicicletas del país.
La ley exige que los ciclistas lleven casco, así que cerciórese de hacerlo. También debería llevar consigo agua y un mapa. Si es posible, hágase acompañar de un guía turístico certificado.
Ir a la playa
El Mediterráneo, el Mar de Galilea, el Mar Muerto y el Mar Rojo tienen tramos de costa en territorio israelí, lo que explica que el país tenga multitud de playas.
El Mar Muerto, Eilat, Cesarea, Galilea y Tel Aviv son buen puerto para los playeros declarados.
Los arenales de Israel presumen de sus encantos particulares: en el Mar de Galilea son serenos, apostando sobre todo por la significación bíblica de la zona. Las playas del Mar Muerto son conocidas sobre todo por su valor terapéutico. Las de Tel Aviv son animadas y suelen estar llenas de gente relajándose tras un día agitado. Con el trasfondo histórico de Cesarea, las playas resultan pintorescas y hermosas. Los arenales de Eliat ofrecen diversas actividades acuáticas y unas preciosas vistas del Mar Rojo.
Piragüismo en kayak por el Jordán
Mientras que el Jordán de la Biblia evoca una imagen de espiritualidad, el actual río constituye un popular destino para hacer piragüismo en kayak. Un panorama de exuberante vegetación se ofrece a los turistas mientras navegan por el célebre río.
La experiencia de hacer piragüismo en kayak por el Jordán puede no estar tan cargada de acción como los descensos de otros ríos, pero aún así es diversión en estado puro. En un bote hinchable, se rema por los tramos del recorrido, que pueden estar agitados o en calma. Concretamente, los estrechamientos son los más emocionantes.
Dependiendo de los itinerarios, navegar por el río puede llevar entre una y dos horas. También hay una edad mínima para los niños: las rutas más tranquilas para mayores de 5 años y las más movidas para mayores de 10.
Los principales centros de kayak son el Kibbutz Kfar Blum y el Kibbutz Ha Goshrim, ambos en la Galilea del norte.
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