La variada geografía iraní implica que, en un momento dado, las condiciones climáticas pueden ser muy distintas en las diferentes regiones del país. Sin embargo, no debería preocuparse, ya que las actividades turísticas en Irán se ajustan específicamente a cada estación y a su tiempo atmosférico.
Debido a su posición en el Medio Oriente, en Irán hace un calor incómodo durante el verano, con temperaturas diurnas que superan los 38 °C. Sin embargo, esta estación es la mejor para las aventuras al aire libre, como el montañismo y el trekking.
Por otro lado, el invierno se caracteriza por fuertes precipitaciones en forma de nieve y temperaturas glaciales. En ocasiones, esquiar durante el día es soportable entre noviembre y marzo.
El mejor momento para visitar Irán es durante la primavera, entre mediados de abril y principios de junio, y durante el otoño, desde finales de septiembre a principios de noviembre. En estas épocas, el tiempo en la costa norte es por lo general suave, mientras que en el centro de Irán es bastante húmedo.
El noroeste de Irán suele estar unos 10 o 15 °C más fresco que el resto del país, mientras que el sur iraní registra normalmente las temperaturas más elevadas.
Durante estos periodos coincide también el Festival de la Rosa y el Agua de Rosas, que se celebra entre los meses de abril y junio. Lo que es más, la primavera y el otoño no se superponen con el Año Nuevo Iraní, que se festeja en marzo, y durante el cual es mayor la afluencia de visitantes extranjeros.
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