• Menu
"kwajalein atoll" Kwajalein Atoll

Dónde ir en las Islas Marshall

El atolón de Bikini

Bikini Atoll

El atolón de Bikini se encuentra en la cadena occidental de las Islas Marshall. A pesar de su nombre, que evoca imágenes de diversión y tranquilidad en la playa, el atolón ha vivido épocas oscuras, relacionadas con el caos de la guerra.

Tras la Segunda Guerra Mundial, en una decisión íntimamente relacionada con el inicio de la Guerra Fría, los EE. UU. iniciaron sus pruebas nucleares en el atolón de Bikini. Esto provocó el desplazamiento de los habitantes nativos antes de las pruebas, de las que se hicieron un total de 67 entre los años 1946 y 1958. Entre ellas se incluye la explosión de la primera bomba de hidrógeno en 1952.

El atolón sufrió entonces gravísimos daños geológicos y biológicos, al verse expuesto a fuerzas equivalentes a 7000 veces la bomba de Hiroshima.

Bikini se ha recuperado desde entonces y en 2010 entró a formar parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO. En la actualidad, los turistas pueden ver que el atolón, que para muchos simbolizaba el nacimiento de la era nuclear, es asimismo una paradójica imagen de paz paradisíaca.

Atolón de Majuro

Majuro Atoll

El atolón de Majuro pertenece a las Islas Marshall y constituye el centro económico, político y de los transportes del país. Está integrado por 53 islotes y dibuja un fino arco de forma oval y 108 km de longitud.

Majuro suele ser la primera parada para los viajeros que visitan las Islas Marshall. Antaño, Robert Louis Stevenson lo llamó ‘la perla del Pacífico’ y Majuro puede presumir hoy día del mismo lustre que le hizo ganar tal título.

Este atolón tiene una población de aproximadamente 25.000 personas y es la piedra angular del turismo marshalés. En él hay abundantes lugares de interés y modernas instalaciones, junto con recintos gubernamentales, hospitales, colegios, puertos, iglesias y hoteles.

Debido a que las Islas Marshall son un país relativamente pequeño, la mayoría de los turistas optan por alojarse en un hotel de Majuro, que le sirva de base de operaciones mientras viajan durante el día por las islas del país. Vuelven a Majuro por la noche para descansar, antes de embarcarse en otro viaje al día siguiente.

Las islas exteriores

Outer Islands

Visitar las islas exteriores del archipiélago de las Marshall es una aventura difícil de olvidar. Los turistas pueden desplazarse de una isla a otra utilizando lanchas motoras (que los locales llaman bum-bum) o bien canoas tradicionales (llamadas korkor), mientras disfrutan de un hermoso panorama.

Viajando por las islas exteriores, normalmente se encuentran magníficos puntos de inmersión y lugares para practicar la pesca. No tema preguntar a los nativos qué cosas se pueden hacer en la zona, son muy hospitalarios y cordiales y se mostrarán encantados de complacerle.

Sólo unos pocos atolones cuentan con alojamientos, así que si está barajando la idea de pasar la noche en una de las islas exteriores, cerciórese de que tiene dónde quedarse. De todos modos, es frecuente que los turistas, para pasar la noche, opten por plantar sus tiendas de campaña en una de las muchas playas de las islas, rodeados de arena y el relajante sonido del rompiente.

Atolón Kwajalein

 "kwajalein atoll" Kwajalein Atoll

En la Micronesia de hoy en día no hay lugar donde sea más patente la presencia de la milicia estadounidense que en el atolón de Kwajalein. El Ministerio de Defensa de EE. UU. opera y mantiene unas instalaciones militares de 4 mil millones de dólares dedicadas al seguimiento espacial y defensa de misiles en una de las islas del atolón.

El atolón Kwajalein es el mayor arrecife de coral del mundo, en cuanto al tamaño de su laguna. Las 97 islas que lo integran están rodeadas por una superficie marina de 2175 kilómetros cuadrados.

En ocasiones se ha llamado a la laguna ‘el mayor guante de béisbol del mundo’ porque suele ser el objetivo de misiles balísticos intercontinentales de prueba que se lanzan desde la base aérea de Vandenberg, en California (a 6760 kilómetros, distancia que los misiles recorren en 40 minutos).

A pesar de esto, no hay que preocuparse de los misiles durante la exploración de las islas, ya que los lanzamientos se anuncian con meses de antelación. Una visita al atolón Kwajalein le mostrará la resistencia del arrecife a la destrucción.

Ebeye

Island

Las operaciones estadounidenses en el atolón de Kwajalein requieren un montón de mano de obra. Todos los trabajadores asignados a ellas, unos 1300, viven en la cercana isla de Ebeye.

Ebeye, a 5 kilómetros al norte del atolón Kwajalein, tiene una densidad poblacional superior a la de Hong Kong. Aparte de los 1300 trabajadores hay unos 12.000 parientes y amigos que viven con ellos en la isla. Sus alojamientos son muy modestos, cabañas de una sola habitación, de contrachapado y láminas metálicas, en grupos abarrotados.

Cuando visite Ebeye apreciará el marcado contraste entre la vida en la isla y las condiciones ofrecidas al turismo en Majuro. El agua se transporta en bidones desde Kwajalein, ya que el agua corriente sólo está disponible durante determinadas épocas y el suministro de electricidad es escaso. No obstante, Ebeye es famosa por la calidez de sus habitantes, especialmente de los niños nativos.

Una de las principales atracciones de la isla son las actuaciones de la banda del Instituto de Kwajalein, que siempre merece la pena ver en una isla por lo demás bastante simple.

Mili

shipwrecks

Las islas de Mili, también llamadas Maloelap, son conocidas sobre todo por sus numerosos puntos de inmersión para el buceo y el esnórquel. Aparte de los habituales corales y peces de colores, la zona ostenta una impresionante concentración de pecios de la Segunda Guerra Mundial.

El encanto del buceo de pecios deriva de la condición ultramundana de lo que puede verse. Los barcos hundidos que se pueden explorar se consideraron antaño fuerzas devastadoras y heraldos de la destrucción. Hoy yacen sin vida en el fondo del mar, sirviendo de hogar a los peces en lo que parece otro mundo. Bajo las aguas, se pueden ver de cerca e incluso explorar el interior de los mayor tamaño.

Tras las aventuras subacuáticas, se invita a los turistas a participar en los bailes nocturnos de la isla, donde pueden degustar la comida local mientras admiran las hermosas danzas ejecutadas por los nativos.

Playa Laura

Majuro Atoll

Laura es un área residencial en la zona occidental del atolón de Majuro. Es el punto más alto del atolón, a unos 9 metros sobre el nivel del mar. Los nativos de Laura son muy amistosos y hospitalarios y le ofrecerán cualquier servicio que precise.

La principal atracción del sitio es el Laura Beach Park, un tranquilo centro turístico situado en un extremo de la zona. En él puede disfrutar de diversas actividades playeras, como nadar, tomar el sol, practicar deportes acuáticos y pescar. También puede organizar comidas al aire libre, en las que gozar de la gastronomía mientras contempla el panorama.

Las playas de Laura son pintorescas, y los nativos hacen todo lo que pueden para mantenerlas, lo cual es más que comprensible, porque son su fuente principal de ingresos. Las fotografías que tome con su familia o sus amigos en las playas de Laura seguramente darán la impresión de que usted ha estado en alguna otra playa conocida y de gran categoría, por lo hermosas que son.

Museo Alele

Alele Museum

Si desea aprender algo sobre la historia, tradiciones y cultura marshalesas, dedique un tiempo a visitar el museo Alele.

Esta galería, bautizada con el nombre de un cesto marshalés tradicional, acoge exposiciones cuyo objetivo es mostrar la riqueza cultural de las Islas Marshall. En ellas se incluyen ejemplos de herramientas auténticas empleadas por los antiguos marshaleses, objetos provenientes de las añejas aldeas de las islas, canoas tradicionales que aún se utilizan hoy en día y las primeras fotos que se hicieron del país.

También se exhiben colecciones de los períodos coloniales alemán, japonés y americano, junto con hermosas colecciones de conchas del atolón Mili.

Una de las colecciones más fantásticas del museo son las “cartas de navegación” usadas por los antiguos marshaleses. Hechas con palitos atados con cuerdas y con conchas, muestran las corrientes y mareas alrededor de las islas y constituyen un ingenioso invento originario de las Islas Marshall.

Atolón de Arno

  Arno Atoll

El atolón de Arno tiene un total de 133 islas y abarca tres lagunas. Es rico en recursos y los marshaleses de todo el país hablan de él con cariño. Aunque Arno está cerca del atolón Majuro, sus habitantes llevan vidas sencillas, incluso con las brillantes luces de Majuro a solo una hora de distancia en barco.

En el atolón de Arno, donde residen unas 1700 personas, cada planta tiene un propósito, ya sea para la medicina, la construcción de edificios, la de canoas, los tintes, fabricación de tejidos o la alimentación. Aquí la vida no ha cambiado mucho respecto al pasado, cuando la gente se fiaba más de la tradición que la tecnología.

Arno es también famoso por su ‘escuela del amor’, pero si pregunta por ella los nativos negarán su existencia. Se dice que las mujeres de Arno aprenden las artes amatorias de sus mayores y que este conocimiento se transmite de generación en generación.

Visitar el atolón de Arno es como viajar al pasado, algo que le permitirá ver que es posible una existencia libre de las ataduras de la tecnología, prescindiendo de un estilo de vida que en la actualidad suele darse por sentado.

Roi-Namur

Roi-Namur

Roi-Namur es la isla más septentrional del atolón Kwajalein. En realidad, está compuesta por dos islas, Roi y Namur, que se han unido para crear un terreno mayor.

La isla tiene muy pocos habitantes, menos de 200. Quizá sea ésta una de las razones por las que los turistas la visitan, por la sensación de aislamiento que se puede obtener aquí. La principal isla de Kwajalein está a más de 80 kilómetros y las gentes de Roi-Namur solo se acercan a ella para comprar o por motivos médicos.

Roi-Namur es esencialmente autosuficiente, y cuenta con un buen número de granjas de aves y ganado. Los pollos son la fuente principal de alimento e ingresos de sus habitantes, que los cuidan con mimo, haciendo de la isla uno de los principales productores de pollo del país.

Si desea pasar un tiempo en soledad, completa o en compañía del ser amado, Roi-Namur le proporciona un rincón de paraíso que podrá llamar suyo, al menos por un tiempo.