Rusia tiene una temperatura media glacial, de 4 °C, así que debe venir preparado. Con este frío, el país se muestra más receptivo para con los visitantes a principios del verano y del otoño. El verano se inicia en mayo, cuando las nieves invernales acaban de desaparecer pero las temperaturas aún son muy agradables. El otoño abarca los meses de septiembre y principios de octubre, cuando los dorados tonos de la estación hacen que Rusia tenga aún más color del habitual.
Julio y agosto, por otra parte, son los meses de más turismo en Rusia porque coinciden con el principal periodo de vacaciones, tanto dentro como fuera del país. Si está pensando en atravesarlo en el Transiberiano, recuerde que puede ser complicado conseguir billetes de tren, en particular si no los reserva con antelación. Esté también preparado porque estos son los meses más calurosos y lluviosos del país, especialmente en la Rusia europea. Puede llover hasta un día de cada tres. Julio registra la temperatura media más alta del calendario, con 24 °C.
La verdadera grandeza de Rusia y la imagen que de ella tienen la mayoría de visitantes potenciales, se revela durante el invierno. Con la sempiterna cubierta de nieve, se torna todo lo pintoresca que puede llegar a ser. Sin embargo, se recomienda evitar los viajes a Rusia durante las primeras nevadas (a finales de octubre) y el deshielo primaveral (entre marzo y abril) porque el estado de la nieve hace que las calles se pongan fangosas.
Prepárese entonces para el frío: la temperatura media más baja se registra durante enero y febrero, con –14 °C.
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