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Cuándo viajar a Islandia

Islandia posee un clima templado. Los inviernos son suaves y ventosos, mientras que en verano el tiempo es fresco. Las condiciones climáticas del país están determinadas por su específica situación geológica.

Durante el invierno, son habituales las nevadas en la región septentrional de la isla. En general, la costa meridional del país es más templada, húmeda y ventosa que los lugares situados en la costa norte.

En Islandia se registran fenómenos climáticos distintivos. Los cambios de estación conllevan también variaciones en la duración del día y la noche. A mediados del invierno hay incluso una temporada en la que no luce el sol.

Estos días oscuros se conocen con el nombre de ‘noches polares’, un fenómeno exclusivo de Escandinavia, que crea las condiciones ideales para contemplar el célebre meteoro de la aurora boreal.

La temperatura exterior más elevada que se ha registrado en el país fue de 30,5 °C, alcanzada en la costa sur durante 1939. La más baja, 38° C bajo cero, se registró en 1918 en Grímsstaðir, en la zona nororiental.

La luz diurna predomina en el país durante el verano, de forma que por la noche no hay oscuridad total en junio y julio. Este fenómeno recibe el nombre de ‘sol de medianoche’.

Se recomienda viajar a Islandia durante los meses más cálidos: junio, julio y agosto. La mayoría de actividades veraniegas tocan a su fin a mediados de septiembre y se retoman en mayo del año siguiente.

Sin embargo, quizá le interese tener en cuenta que durante los fríos meses de febrero y marzo los billetes de avión y las tarifas hoteleras son relativamente más reducidas que en otras épocas.