Probar los vinos locales
Durante una cata de vinos, a la vez que se prueban distintos caldos uno adquiere familiaridad con la historia de su lugar de producción.
Y esto es exactamente lo que ocurre cuando se hace una cata en Hungría. Los vinos de las 22 regiones vitivinícolas del país tienen sus propios sabores que los diferencian entre sí y cada región, cada vino, tiene una historia propia que contar.
En Budapest hay numerosos restaurantes en los que se pueden probar los mejores vinos tras una deliciosa cena. Los hoteles de la ciudad cuentan también con paquetes turísticos que incluyen visitas a las bodegas y catas de los vinos famosos de Hungría.
En la bodega de Kohari Pince, de la pequeña localidad de Recsk, se visitan los viñedos antes de probar el producto final.
Una de las pruebas del amor de este país por el vino es el número de festivales distintos que se celebran cada año para exhibir las distintas variedades de producción local. Algunos de ellos son el Festival Primaveral del Vino, celebrado en abril, el Villa del Vino, de agosto y el Festival Internacional del Vino y el Champán, que tiene lugar en septiembre.
Pescar carpas
Los abundantes recursos acuáticos de Hungría la hacen perfecta para los viajes pesqueros. Toda la familia puede saborear el pintoresco panorama de los lagos Balaton, Fert y Velence mientras el entusiasta de la pesca lanza su caña.
Si anda buscando carpas, está en el lugar adecuado. Hungría ha recibido el sobrenombre de ‘país de las carpas’ por una buena razón: su abundancia del famoso gran pez de agua dulce.
Sin embargo, debe estar preparado: se dice que en Hungría se han capturado carpas con un peso superior a los 40 kg.
Si es usted un principiante en las artes de la pesca, sería mejor ir en compañía de un pescador húngaro experimentado. El tamaño de la captura podría superar las habilidades de un pescador novato.
Antes de echar el anzuelo cerciórese de que posee una licencia estatal y local. En cuanto a la estatal, el viajero puede emplear la licencia de pesca de su país de origen, de modo que solo tiene que preocuparse de obtener la licencia local. Si no posee licencia de pesca, puede obtener una uniéndose a algún club de pesca húngaro.
Recorrer el Countrywide Blue Tour
Hungría es un excelente sitio para hacer senderismo. El país cuenta con diversos terrenos, desde fáciles llanuras a empinadas pistas, así que mida sus fuerzas: hay una pista para usted, ya sea un principiante o un veterano de las caminatas.
Un camino obligado es el conocido como Countrywide Blue Tour, famoso por ser el sendero de gran recorrido más antiguo de Europa. La pista le llevará colina arriba, colina abajo y a través de pequeñas localidades históricas. ¿Cómo sabrá si va por buen camino? Busque las marcas en forma de bandera que se encuentran a lo largo del sendero: una línea horizontal azul entre dos líneas blancas.
Completar este pista se considera un gran logro entre los senderistas. Hay 147 puestos de control donde se puede sellar el documento personal para ir completando el National Blue Tour. Si reúne todos los sellos, conseguirá la insignia Blue Tour y su nombre figurará en el registro de la organización que se encarga del movimiento Blue Tour, la asociación húngara de senderistas ‘Amigos de la Naturaleza’.
Montar a caballo
En el ámbito de la equitación, Hungría tiene una tradición de profundas raíces. Se dice que los húngaros llegaron al país desde Asia utilizando caballos como único medio de transporte.
En consecuencia, montar a caballo es algo que conviene probar en Hungría para aumentar su comprensión del país.
Si desea un itinerario relajante, pruebe la gran llanura húngara, con sus planicies y sus paisajes refrescantes. En esta zona el panorama se compone de granjas blancas, pozos, pendientes y antiguas posadas.
Si busca una experiencia más novedosa y exigente físicamente, pruebe el recorrido hasta Opusztaszer. En este viaje los turistas no solo montan a caballo sino que también pernoctan en las tradicionales yurtas, tiendas como las que abrigaban a los antiguos guerreros magiares del país. Se encontrará cara a cara con la historia húngara en estado puro.
Relajarse en un balneario
Existen más de 1000 fuentes termales en Hungría y los romanos ya las usaban hace 2000 años con propósitos terapéuticos y de relajación, por lo que puede imaginarse lo próspero del sector hoy en día.
La temperatura de las aguas de estos manantiales oscila entre los agradables 21 °C y los abrasadores 76 °C. Su reputación indica que también son ricas en minerales de valor medicinal.
En algunos spa hay aguas con azufre o yodo; otras aguas contienen calcio, sodio, flúor, bromuro y magnesio. Las hay carbonatadas con hidrógeno e incluso algunas con propiedades radioactivas.
Estas aguas han sido utilizadas terapéuticamente con pacientes que padecen enfermedades reumáticas, transtornos nerviosos, problemas ginecológicos y desórdenes circulatorios.
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