Los quesos locales
Se dice que, en Francia, ¡se puede comer un tipo distinto de queso cada día del año!
De hecho, Francia es la responsable de haber traído al mundo alrededor de 350 o 400 variedades de quesos (o más).
Los quesos franceses son famosos por su magnífico sabor y textura. Por ejemplo, el brie es un tipo de queso muy conocido en el mundo, normalmente con el sobrenombre de ‘el rey de los quesos’. Caracterizado por su cremosidad y su sutil sabor a frutos secos, la historia del brie se remonta a los tiempos de Carlomagno.
Otro queso francés igualmente famoso es el orgullo de Normandía, el camembert. Al igual que el brie, está elaborado con leche de vaca y resulta mejor a temperatura ambiente, cuando recupera su textura cremosa.
En la región de Mediodía-Pirineos, las ovejas que pastan en los altos de Aveyron son las responsables de uno de los mejores quesos azules del mundo, el roquefort. Este tipo de queso se elabora con leche de oveja y un hongo especial, y se deja madurar en el húmedo ambiente natural de las grutas locales.
Chouquettes
Las chouquettes son uno de los tentempiés favoritos de Francia, parecidos a los profiteroles. Están hechos con pasta choux, una masa ligera que se emplea para postres como los pepitos, los churros y los crullers.
Lo que hace especiales a las chouquettes es el punto extra de dulce conseguido por el azúcar de grano grueso que llevan por encima.
Este crujiente pastel es una forma ideal de conjurar el aburrimiento entre comidas. No sacia, pero el sabor es lo suficientemente satisfactorio como para engañar al estómago hasta la siguiente comida suntuosa con la que, sin duda, acabará encontrándose.
Bouillabaisse
La bouillabaisse es un guiso típico de la Provenza, que suele tomarse como plato principal, acompañado de una rebanada de pan o una baguette.
Puede que la haya visto en muchos restaurantes franceses a lo largo y ancho del mundo, pero la bouillabaisse que se prepara con los productos frescos de la región es imbatible.
El caldo se hace con una mezcla de tomates, cebollas y azafrán. Para realzar los sabores del pescado y, en ocasiones, del marisco, se emplean hierbas como el tomillo y la salvia.
Marsella es famosa por su bouillabaisse, debido a la amplia variedad de pescados y hierbas propios de la costa mediterránea que se pueden emplear allí.
Morcilla
La morcilla (boudin noir) es otro producto de la tradición culinaria francesa. Elaborado con grasa y sangre de cerdo, este embutido negro se adereza con condimentos y se sirve con patatas majadas.
Conocida en el mundo entero, la morcilla ha sido una constante en la Normandía, concretamente en una añeja localidad conocida por su destreza en la fabricación de este embutido.
En Morgagne-au-Perch el festival de la morcilla se celebra en marzo, para exhibir el trabajo de cientos de carniceros, maestros en el arte de elaborar morcillas. Si se encuentra en el pueblo durante estas fechas, ¡se va a dar un gustazo!
Tarta de manzana normanda
La fruta es un ingrediente fundamental de los postres tradicionales franceses. La tarta normanda, una tarta de manzana, es una especialidad de la región de Normandía, donde las manzanas son muy abundantes.
Se elabora usando una masa dulce en la base, con un relleno de finos gajos de manzana, crema normanda y almendras fileteadas. Una variante popular añade Calvados (un aguardiente de manzana) a la crema.
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