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Dónde ir en Francia

Paris

París tiene muchos sobrenombres, pero el apodo más conocido de la capital es el de ‘ciudad de la luz’.

Se podría pensar que este apelativo se debe a la abundancia de farolas en sus calles o la resplandeciente iluminación de la torre Eiffel, pero en realidad hace referencia a la contribución de la ciudad a la Ilustración. En el siglo XVIII, París se convirtió en el centro del saber y la razón, con este movimiento cultural europeo que perseguía introducir reformas en la sociedad a través del discurso intelectual.

De vuelta al presente, el París actual aún marca tendencias, pero lo hace sobre todo en el campo de la moda. En este sector, la Semana de la moda de París es un espectáculo muy reverenciado, en el que los diseñadores de primera línea exhiben sus audaces propuestas para el mundo de la alta costura.

La ciudad es un abrumador laberinto de calles divididas en barrios o arrondissements, en los que hay más de 400 estaciones del metro.

Las áreas destacadas de París incluyen la Bastilla, Montmartre, la Ópera de París y una plétora de museos. El Sena, cuyo serpenteante cauce atraviesa la metrópoli, añade encanto a la ciudad.

Para obtener las mejores vistas, quédese en la orilla derecha, donde se encuentran la mayoría de los lugares emblemáticos de la ciudad, como los Campos Elíseos, el Arco del triunfo, el Louvre y la Plaza de la Concordia.

El principal aeropuerto de la ciudad, el Charles de Gaulle, está situado a unos 25 kilómetros al norte de la ciudad.

Versalles

Versalles es un suburbio de París, que ofrece un ritmo más reposado a unos 17 kilómetros de la capital.

Es célebre por su majestuoso Palacio de Versalles, un vívido recordatorio de lo que fuera la historia de Francia bajo la monarquía.

El Palacio de Versalles fue una laboriosa hazaña arquitectónica que tardó 50 años en terminarse. Lo mandó construir, junto con sus resplandecientes jardines, el rey Luis XIV quien, en 1682, trasladó su corte a esta pequeña localidad, situada a una media hora de París.

El palacio se convirtió en el símbolo absoluto del poder y la elegancia en el país, hasta que la Revolución Francesa de 1789 acabó con la monarquía.

Versalles es, sin embargo, algo más que un magnífico palacio. Posee mercados que permiten asomarse a distintas parcelas de la vida cotidiana de este antiguo baluarte real.

Numerosos anticuarios son el centro de atención en la esquina noroeste de la plaza del mercado. Puede curiosear entre las obras de arte y el mobiliario de época y, quién sabe, hasta encontrar alguna de las joyas que adornaron el cuello o las muñecas de María Antonieta.

Cannes

Cannes es el punto de acceso principal a varios destinos turísticos populares, como Mónaco, la Provenza, los Alpes franceses e Italia, y definitivamente una de las más conocidas ciudades de la Riviera francesa.

Cannes desenrolla la alfombra roja una vez al año para dar la bienvenida a las estrellas y magnates del cine que acuden al festival anual celebrado en la ciudad desde 1946. El evento confiere un gran prestigio a esta población, situada en la costa sureste de Francia.

Las posibilidades de la ciudad en cuanto a compras y vistas contribuyen a definirla como la quintaesencia del retiro costero más fascinante. Puede optar por buscar su propio rincón en la playa y dedicarse a no hacer otra cosa que admirar el azul del cielo y de las aguas.

Permítase un lujo o un tentempié en el mercado Forville y algunas adquisiciones en los comercios de La Croissette, una de las calles comerciales de Cannes.

Al caer la noche, pase por cualquiera de los bares o locales de moda para participar de la prestigiosa vida nocturna de la ciudad.

Aviñón

Aviñón fue centro de la Cristiandad durante la Edad Media. Fue gobernada durante 33 años por siete Papas que, sucesivamente, residieron en la ciudad, haciéndola acreedora del seudónimo ‘la ciudad de los Papas’.

Situada en la región de la Provenza-Alpes-Costa Azul, Aviñón ha conservado su legado papal a través de diversos elementos que han sobrevivido al paso del tiempo.

El Palacio de los Papas es un ejemplo significativo de la arquitectura gótica europea, que sigue impresionando a la gente por su gigantesco tamaño y grandioso aspecto.

Cerca de él se encuentran otros lugares emblemáticos de Aviñón, como el Peñón de los Doms y el puente de Aviñón.

Situada a menos de tres horas de París, esta población medieval es un sitio estupendo para pasar el día, en especial durante el verano.
La ciudad se pone dramática durante el festival de Aviñón, el más antiguo festival de teatro de Francia. Este es uno de los eventos estivales por antonomasia de la vida cultural francesa y transforma los centros culturales de Aviñón en salas de espectáculos que albergan desde teatro musical hasta danza.

Burdeos

Burdeos es muy alabada por su patrimonio vinatero, que ha imperado durante 2000 años. Los vinos producidos en Burdeos se tienen en muy alta consideración.

En toda la región se producen 700 millones de botellas anualmente.

Burdeos es la mayor zona vitivinícola del mundo, con 115,000 Ha dedicadas a la producción, en las que trabajan 13,000 viticultores y prosperan 9000 bodegas o châteaux.

La localidad de Burdeos esta situada al suroeste de Francia y es una de sus más pintorescas ciudades. La panorámica zona de los muelles es una de sus mayores atracciones, e incluye parte del casco viejo.

Algunos de los monumentos y edificios célebres de Burdeos son la place de la Bourse y el Palacio nacional de la ópera. La catedral de San Andrés y la basílica de San Miguel son los templos más señalados de Burdeos. El campanario de la catedral es un monumento nacional y la basílica data del siglo XIV.

Prepárese para una excursión a pie por las calles comerciales de Burdeos. La rue St. Catherine es una calle peatonal llena de distintos tipos de comercios con precios asequibles.

Las marcas de lujo, por otra parte, se encuentran en una zona conocida como ‘el triángulo de oro’, formado por las calles Allées de Tourny, Cours de l’Intendance y el Cours Clemenceau.

 

Lyon

Lyon esta situado a 431 kilómetros al sudeste de París, encajado entre colinas y los ríos Ródano y Saona.

Lyon se fundó en el año 43 a. C., cuando los romanos levantaron un campamento fortificado en la colina Fourvière y lo bautizaron como Lugdunum, que significa ‘el cerro de las luces’.

Los vestigios de la ocupación romana en Lyon se desenterraron durante las excavaciones arqueológicas de la zona. Ruinas de un teatro romano, el odeón y el templo de Cibeles aún se mantienen en pie sobre la colina actual. En el barrio histórico del viejo Lyon, hay numerosos edificios románicos y medievales, como el Hotel du Chamarier y la catedral de San Juan, que son testimonio de los 2000 años de historia de la región.

La ciudad no solo se caracteriza por su notable acervo romano: también es un paraíso gastronómico. Lyon se considera la capital culinaria de Francia y ostenta miles de restaurantes, la mayoría de los cuales se han ganado sus estrellas Michelin.

Para probar la deliciosa cocina lionesa, disfrute de los exquisitos manjares ofrecidos en los modestos bouchon.

Estos establecimientos tradicionales suelen estar gestionados por familias que descienden de famosas jefas de cocina, apodadas ‘las madres lionesas’, que fueron punta de lanza de la revolución gastronómica de Lyon en el siglo XIX.

Niza

Niza reluce como un diamante en la costa mediterránea del extremo suroriental de Francia.

Esta ciudad costera es la capital de la Costa Azul, o lo que también se conoce como la Riviera francesa. Sigue siendo un destino turístico popular debido a su conexión directa con París vía ferrocarril o avión.

Gracias a sus azules aguas y la amplitud de sus costas, Niza se llena durante la temporada estival. Aparte de relajarse en la playa, visitantes y residentes disfrutan paseando o correteando por el Paseo de los ingleses, donde las vistas de la costa resultan imponentes.
Si desea cambiar de ritmo y alejarse del ajetreo de las multitudes, visite el barrio de Cimiez, una población situada en un alto, rica en influencias romanas. En ella hay lugares de interés tales como las ruinas del anfiteatro romano y las termas.

Incluso los olivares ofrecen un panorama delicioso a quienes no acostumbran a contemplar su belleza natural.

En Cimiez se encuentra también el último lugar de descanso de Henry Matisse, que residió en Niza. El museo Matisse exhibe una amplia colección de sus obras.

Marsella

Marsella es una excepcional ciudad portuaria dotada con un tramo encantador de costa mediterránea y un animado puerto.

Con una extensión de 240,62 kilómetros cuadrados, Marsella es la segunda ciudad más grande del país, por detrás de la capital.

El Puerto viejo es el centro neurálgico de esta vasta metrópolis costera. Con sus vistas de los muelles, inmersos en un animado bullicio, la zona permite asomarse a la historia de Marsella a través de edificios emblemáticos como la Abadía de San Víctor, una de las más antiguas construcciones religiosas de Francia y el faro de Santa María.

Dos de los arenales más célebres de Marsella son La Corniche y la Plage du Prado, que ofrecen a los amantes de la playa sus limpias y finas arenas, bañadas por el cálido sol mediterráneo.

Los aficionados a los museos verán buenas muestras de la historia y la cultura en el Museo de bellas artes, el Museo de arqueología mediterránea y el Museo de la antigua Marsella.

Si se queda en Marsella durante un tiempo, tendrá la oportunidad de hacer excursiones desde allí a las poblaciones cercanas. Incluya en sus planes algunos días para ver Aix-en-Provence, Cassis y Aubagne, sitios que merece la pena visitar durante su recorrido por la Provenza.

Toulouse

Toulouse es un destacado lugar de interés turístico del suroeste francés. En esta ciudad, la expresión joie de vivre o ‘alegría de vivir’, refleja la actitud de sus gentes y se manifiesta en sus quehaceres cotidianos.

El dinamismo deriva de su encanto como ciudad universitaria. La Universidad de Toulouse ha inflamado la pasión de esta localidad por el aprendizaje y la innovación desde que fuera fundada en el siglo XIII.

El Centro espacial de Toulouse es una de las aportaciones de la ciudad a la calidad del sector aeroespacial europeo.

Esta población presume también de su plaza principal, la Place du Capitol, y del ayuntamiento de Toulouse, un edificio emblemático de impresionante fachada que también alberga el Teatro de la ópera de la ciudad.

En el itinerario turístico se incluyen asimismo la catedral de Saint Étienne y la basílica de Saint Sernin.

Después de admirar el panorama, no hay nada mejor que comer en un restaurante tolosano; esta ciudad es una de las principales capitales gastronómicas de Francia.

Acomódese y disfrute de una cassoulet en un tradicional bistró o pruebe los restaurantes de moda condecorados con estrellas Michelin.

Saint Tropez

Saint Tropez posee todo lo que un veraneante podría desear: divinas playas, espléndidos restaurantes y estupendos comercios.

Situada en la Riviera francesa, esta ciudad turística ha sido aclamada durante mucho tiempo como destino recreativo supremo de los ricos y famosos. Desde la década de los 60, la sola mención de ‘el sur de Francia’ evocaba de inmediato a esta deslumbrante localidad.

La vida playera de Saint Tropez gira en torno a su exclusiva colección de arenales. La playa de Tahití es la opción para los aficionados al nudismo y a los deportes acuáticos. Se hizo famosa gracias a la diosa francesa de las pantallas en los años 60, Brigitte Bardot, de la clásica cinta Y Dios creó a la mujer.

Otras playas notables de Saint Tropez son las de Pampelonne, la Moutte y Nikki. Las playas más familiares están situadas en La Bouillabaisse.

Si prefiere las actividades culturales, la ciudad también cuenta con buenas sugerencias. Visite el castillo Suffren, uno de los edificios más añejos de Saint Tropez, cuya historia se remonta hasta el siglo X. Para ver exposiciones, dos de los principales centros culturales de la localidad son el Museo de arte de Saint Tropez o Annonciade y el Museo naval.