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Bukhara

Dónde ir en Uzbekistán

Plaza Hast Imam

Uzbekistan

Hast Imam se traduce literalmente como ‘el primer santo’. Este asombroso complejo sagrado situado en el centro de Taskent alberga tres eminentes mausoleos: la madraza de Barak-Khan, la mezquita de Tilla-Sheikh y el mausoleo del Santo Abu Bakr Kaffal Shashi.

Hast Imam es un santuario donde reposan aproximadamente 20.000 libros y 3000 manuscritos traídos desde distintas partes del mundo. De hecho, uno de los más famosos ejemplares del Corán del mundo, el Corán de Othman, se conserva en este solemne recinto.

Los viernes, miles de musulmanes procedentes de distintos puntos de Uzbekistán acuden en masa a Hast Imam para el culto. Incluso a las cinco de la mañana hay ya gente entrando a rezar, antes de empezar su jornada.

El Valle de Fergana

Uzbekistan

El valle de Fergana es la mayor cuenca desértica que existe entre las montañas de Pamir y Tien Shan. Lo alimentan dos ríos, el Kara Daria (‘río negro’) y el Naryn, que nace en la cordillera Tien Shan. Ambos se unen finalmente para formar uno de los ríos más grandes del centro de Asia, el Sir Daria.

El valle es visita obligada para quienes desean comprender la agricultura uzbeca. Gran parte de la producción (frutas, cereales, verduras y el principal producto de la zona, el algodón) proviene de este valle.

En los huertos frutales y los vastos campos de algodón del valle de Fergana los visitantes son bienvenidos. Otros lugares de interés en la zona incluyen los coloridos bazares y las tiendas de seda.

Samarcanda

Samarkand

Samarcanda, que significa literalmente ‘ciudad de piedra’ o ‘fuerte de piedra’, es Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, y quizá sea la ciudad de mayor renombre del Uzbekistán moderno.

Esta majestuosa localidad se encuentra en el punto medio de la Ruta de la seda, la antigua ruta comercial que comunicaba China con Occidente.

Aquí, en la ciudad de Samarcanda, admirará una imponente colección de antiguas estructuras arquitectónicas.

El mausoleo de Guri Amir, o ‘la tumba del rey’ es la tumba de Tamerlán, el fundador de la dinastía timúrida centroasiática en el siglo XIV. El edificio es de muy simple factura, lo que le da una apariencia muy regia y formal. Está decorado ricamente con mosaicos de piezas azules y blancas. En el interior, hay una cámara de altos techos, con dorados cartuchos de cartón piedra.

El Registán, que significa ‘lugar arenoso’, es otra visita obligada. Aquí encontrará tres grandes madrazas (escuelas musulmanas): la de Ulugbek, la de Sher-Dor y la de Tilya-Kori (1646-1660).

Ésta fue antaño sede de actividades públicas, incluyendo las proclamaciones reales y las ejecuciones. Durante muchos siglos, fue el centro neurálgico de la ciudad y, en la actualidad, es una de las principales atracciones turísticas de Uzbekistán.

Jiva

Khiva

Entrar en Jiva es como salir de una máquina del tiempo y poner pie en una centenaria población de oriente, donde no hay edificios modernos ni grandes árboles. De hecho, Jiva es una de las ciudades museo de Uzbekistán.

Incluso hoy, en los tiempos actuales, Jiva aún posee fortalezas como la Kunya Ark (que significa ‘antigua fortaleza’) y un palacio denominado Tash-Kauli.

Al igual que la mayoría de los destinos turísticos uzbecos, Jiva está llena de imponentes y profusamente ornamentadas madrazas, minaretes y mezquitas.

Pero lo que verdaderamente la distingue de otras atracciones del país es lo intrincado de las tallas de madera que verá en sus edificios.

Hermosos patrones y diseños complejos adornan puertas y columnas en todos los palacios y edificios de Jiva.

Con estos magníficos especímenes arquitectónicos, los visitantes de Jiva podrán darse un auténtico festín visual mientras recorren las pavimentadas calles de la ciudad.

Taskent

Tashkent

Taskent era una de las poblaciones de la Ruta de la seda. Hoy en día, es capital de Uzbekistán y el centro político, cultural y económico del país.

Si hay algo que abunda en Taskent son los mausoleos. Uno de ellos es el de Kaldyrgach-bly, el más antiguo de la capital. Otros son los de Abubakr Muhammad Kaffal Shashi, uno de los primeros imanes del mundo, y el de Zainuddin-bobo Sheikh, hijo del fundador del sufismo.

Taskent posee asimismo un casco antiguo lleno de mezquitas, bazares asiáticos y madrazas.

Sus serpenteantes calles, los jardines y los vetustos edificios son algo que debiera ver todo aquel que viaje a Uzbekistán.

 

Chor-Minor

Chor-Minor

Chor-Minor es una de las construcciones más destacadas de la ciudad de Bujará. Fue encargada por un rico residente de la misma, Khalif Niazkul, en 1807.

El rasgo más impresionante de Chor-Minor son sus cuatro minaretes, cada uno de ellos coronado por una cúpula azul cielo.

Aunque a primera vista las cúpulas pueden parecer idénticas, al observarlas más de cerca se comprueba que cada una tiene su propia forma y diseño, lo que hace de este monumento un añadido verdaderamente interesante el perfil de la ciudad.

Los cuatro minaretes simbolizan las cuatro dinastías de Bujará: Samánida, Karajánida, Shaibánida y Mangyt.

Justo bajo la cúpula hay una biblioteca a través de la cual se puede entrar en los minaretes. En los terrenos de Chor-Minor hay también un tranquilo jardín con un pequeño estanque.

 

Bujará

Bukhara

La antigua ciudad de Bujará es uno de los lugares de culto más sagrados de Asia central. Pero no se trata solo de religión. Con una arquitectura que permanecido intacta durante siglos, Bujará es también una exhibición del encanto añejo de la región.

Bujará es uno de los sitios históricos mejor conservados de Uzbekistán. El gobierno ha dado prioridad a su restauración y la ha financiado.

Es en gran medida gracias a este apoyo por lo que Bujará no ha perdido nada de su grandiosidad. Ha podido preservar las estructuras originales de sus madrazas, el famoso mercado uzbeco del centro y la imponente fortaleza regia cuyos muros se alzan sobre la antigua ciudad.

La mayoría de visitantes que vienen a Bujará lo hacen para admirar sus edificios protegidos. Pasear por la ciudad es una excelente manera de vivir la historia uzbeca y admirar más de cerca su bien conservada arquitectura.

Para disfrutar aún más de la ciudad, quédese hasta el ocaso. Admire cómo el soleado cielo se va tornando lentamente en crepúsculo, bañando las cúpulas e intrincados mosaicos de la localidad con una hermosa luz dorada.

El lago Charvak

Charvak Lake

El lago Charvak es un enorme embalse que se cuenta entre los destinos favoritos de los uzbecos y sus invitados durante el verano.

Este lago artificial se creó al construir la presa y estación hidroeléctrica de Charvak en el río Chirchiq.

En la actualidad, el lago Charvak funciona como centro vacacional. Hoteles, salas de conferencias, bares y establecimientos de comidas pueblan la zona. Propios y turistas vienen hasta aquí a disfrutar del pintoresco panorama del lago sobre el majestuoso telón de fondo de las montañas.

Mir-i-Arab

La madraza de Mir-i-Arab es un gigantesco monumento que data del siglo XVI; aparte de este dato, no hay nada seguro sobre su creación.

Lo que sí es cierto es que constituye uno de los monumentos más sobrecogedores de Uzbekistán.

El enorme tamaño del edificio ya es de por sí asombroso. Además, los muros de la madraza están cubiertos con una elaborada decoración de mosaicos y hermosa caligrafía. Tras la fachada principal, se halla la tumba de Mir-i-Arab.

La madraza posee más de cien celdas en las que pueden alojarse los estudiantes. Numerosos personajes célebres del ámbito religioso y político recibieron su educación en Mir-i-Arab.

De hecho, a día de hoy, son más de cien las personas que cursan sus estudios en esta prestigiosa institución.

El mausoleo de Samani

Samani Mausoleum

El mausoleo de Samani contiene los restos de Ismail Samani, el fundador de la Dinastía samánida. También es la tumba de su nieto y su padre.

Este es uno de los monumentos más antiguos de la ciudad de Bujará y una de las construcciones más hermosas que la mano del hombre ha levantado en el Asia central
El mausoleo cuenta con elaboradas obras de ladrillo de terracota reforzadas por muros de 2 metros de grosor; están tan bien construidas que no han necesitado reparaciones de entidad en los 1100 años de existencia del mausoleo.

Un detalle especialmente fascinante es que, a medida que el sol se desplaza por el cielo y cambia la dirección de la luz, los diseños sobre la terracota parecen moverse y cambiar.

Hoy día, la zona circundante se conoce como Parque recreativo samánida.