Ir de compras
Ir de compras en Turkmenistán es como ir a la búsqueda de un tesoro: entre cientos de puestos y miles de artículos, hay algunos que le parecerán más preciados que otros. Es cuestión de encontrar ese objeto ante el cual no puede resistirse.
Un paseo por el bazar Tolkuchka le mostrará lo que esto significa: hay numerosísimos puestos y cada uno vende artículos únicos. Desde camellos a joyas, frutos secos o electrónica, en este bazar se puede encontrar de todo.
No obstante, el artículo más notable que adquirir en Tolkuchka son las alfombras. Tejidas a mano, las alfombras de Turkmenistán tienen fama mundial por su belleza y la categoría de su artesanía. Otra cosa es cómo llevársela a casa, ya que puede suponer cargos adicionales por parte de la línea aérea.
Comprar en Turkmenistán pondrá a prueba sus habilidades para el regateo. Los nativos intentarán sin duda vender a un precio más elevado cuando se trata de los turistas, así que ponga todo su empeño en conseguir el mejor rendimiento de su presupuesto para souvenirs.
Explorar ruinas
Hay multitud de ruinas por todo Turkmenistán. Estos vestigios son lo que queda de antiguas ciudades y a través de su estudio los arqueólogos esperan encontrar más conexiones entre el legendario pasado del país y su presente, rápidamente cambiante.
Si está buscando la emoción de la aventura, visitar las ruinas de Merv, Kunya-Urgench y Gonur puede hacerle sentir como un explorador. Otro lugar que merece la pena ver y uno de los de más fácil acceso son los restos de la antigua Nisa, ubicados muy cerca de la capital, Asjabad.
Nisa fue capital de los monarcas partos, que gobernaron Turkmenistán entre los siglos III a. C. y III d. C. Su imperio incluyó al actual Irán y se extendía hasta la República Árabe Siria.
La exploración de ruinas puede no ser un pasatiempo adecuado para todo el mundo, ya que el calor y el cansancio del viaje pueden resultar molestos. Sin embargo, las lecciones extraídas de la comprensión del pasado son importantes para la conservación de toda cultura y eso es lo que le brindará la experiencia si decide convertirse en explorador.
Visitar el Museo del Terremoto
El Museo del Terremoto se encuentra en Asjabad, triste recordatorio de los trágicos sucesos acontecidos en 1948, cuando un seísmo de magnitud 7,3 arrasó la ciudad, matando a 110.000 personas. El terremoto de Asjabad de 1948 está considerado como el sexto más mortífero de la historia.
El museo exhibe fotografías tomadas en Asjabad durante la tragedia, así como durante el caos subsiguiente. Las labores de limpieza y reconstrucción de la ciudad, que duraron cinco años, también están documentadas.
El museo es un sitio interesante que visitar porque, en el pasado, el gobierno ejerció una censura extrema sobre el acontecimiento, incluso facilitando información escasa a los medios de la USSR. En la actualidad, se muestran fotografías y otros elementos al público.
El Museo del Terremoto posee también el llamado Memorial del terremoto, situado en el tejado. Es una curiosa estatua de bronce que representa a un toro con el mundo sobre el lomo y una mujer que sostiene a un niño dorado, intentando salvarlo. Se dice que el niño sería Niyazov, el anterior presidente de Turkmenistán.
Bañarse en Kov Ata
Kov Ata se encuentra en la mayor cueva de las montañas Kopetdag, situadas a unos 107 km al suroeste de Asjabad. Es una caverna espaciosa, que alberga un lago subterráneo.
Su nombre significa “el padre de las cuevas” en turcomano, y sus dimensiones son apabullantes. La longitud de la caverna es de 230m, la altura unos 20 y la anchura media de 57m. Hay murciélagos que viven en las cámaras superiores pero no son peligrosos si no se les molesta.
El lago propiamente dicho está situado a una profundidad de 52m desde la entrada a la cueva. Con una longitud de 72m y una anchura de 30m, el agua tiene una temperatura al tacto de entre 33 y 37 °C, perfecta para darse un baño y relajarse, un anhelado alivio después de tanto viajar.
La cueva es muy popular entre los turistas y los nativos han aprovechado esta circunstancia para construir un complejo turístico en torno a ella. Está lleno de cafeterías y restaurantes en los que descansar antes o después de bajar hasta Kov Ata.
Montar a caballo
Visitar una nación famosa por sus caballos no estaría completo sin experimentar lo que se siente a lomos de estos poderosos y gentiles animales.
Hay multitud de espacios abiertos en Turkmenistán, y todos ellos son ideales para montar a caballo. Algunos de los sitios más populares para la equitación se encuentran en las afueras de Asjabad, donde los jinetes pueden rodear los límites de la ciudad, así como a lo largo del río Firuza, donde puede cabalgar a través de las gargantas y sobre ellas.
Puede organizar una excursión a caballo con su guía turístico, o hablar directamente con los criadores para ver si le permiten sacar uno de los corceles.
Además, si le interesan las carreras de caballos, en Asjabad hay competiciones durante la primavera y el otoño. Se celebran en el Hipódromo y son una oportunidad perfecta para ver en acción a los famosos caballos ajal-teké.
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