Parque de los Budas
Vientiane es la capital de Laos y sin embargo es diferente del resto de centros urbanos del mundo. En lugar del estruendo de la industria y el comercio, las calles de Vientiane están llenas de buganvillas en flor. Tampoco hay altos edificios de oficinas que adornen el paisaje: solo templos y mansiones semirruinosas se alzan contra la línea del horizonte. Tocada apenas por la modernidad, Vientiane mantiene su antigua atmósfera de rusticidad.
Perdida en manos del tiempo, Vientiane presume de la riqueza histórica de su suelo y de una magnífica arquitectura. Un ejemplo es el Parque de los Budas, un recinto escultórico donde toma forma la fé de la gente y se resaltan sus creencias. El parque cuenta con más de 200 estatuas religiosas, y lo frecuentan tanto los turistas locales como los forasteros. Erigido en 1958 por un monje, incluye asimismo representaciones de los dioses hindúes y otras criaturas del budismo y el hinduísmo.
Los templos de Vientiane
Vientiane está llena de hermosos templos y monumentos. Los célebres templos de That Luang y That Dam son algunos de los que no debería dejar de visitar.
Otro templo que, definitivamente, habría que ver, es el Vat Si Saket. Miles de imágenes de Buda pueblan sus muros y muchas datan de los siglos XVI y XIX. Realizadas en madera, piedra y bronce, estas esculturas han sobrevivido a la acción del tiempo, las guerras y el clima. La estructura en sí es un verdadero tesoro, con unos hermosos paramentos interiores de casi 300 años de antigüedad.
Luang Prabang
Atraviese las puertas de la antigua cultura y reviva la inefable historia de los laosianos. Siéntase transportado por el esplendor del entorno y goce del abrazo del viento que le lleva. Déjese encandilar y cautivar. Abandónese a la grandeza que surge ante sus mismos ojos.
Esto es Luang Prabang y esa magia es solo el principio.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta pequeña ciudad,enclavada en terrenos majestuosos, constituye la parada perfecta para saborear lo que es un verdadero viaje asiático. En tiempos fue capital de la monarquía laosiana, y Luang Prabang sigue emitiendo el tipo de refulgencia que solo se siente en presencia de un rey. Su vieja y semiderruida arquitectura colonial, los brillantes templos budistas y sus agrestes maravillas naturales le dejarán boquiabierto.
Nade hasta hartarse en las cremosas aguas del Mekong y remóntelo a vela hasta el meandro siguiente. Si prefiere la escalada, explore entonces los picos cubiertos de foresta que rodean la zona. Aproveche la oportunidad para admirar la bella Luang Prabang desde un ángulo completamente diferente.
Haw Kham
Algo importante que bajo ningún concepto debería perderse cuando vaya a Luang Prabang es el Palacio Real o Haw Kham. Ahora es un museo, pero se construyó en 1904, durante la ocupación francesa, para el Rey Sisayang Vong y su familia.
Guardadas en los reales salones de este edificio se encuentran las preciosas posesiones de dicho monarca y sus descendientes. Un elefante de tres cabezas, protegido por la sombrilla real, le dará la bienvenida al aproximarse a la entrada del palacio.
Una majestuosa sala denominada el Salón del Trono le deslumbrará con sus mosaicos, espejos, espadas y demás parafernalia real.
La imagen más sacrosanta de Laos también se conserva aquí: el Pha Bang, una escultura dorada de Buda, que se cree obra del cielo. De ella se afirma que tiene poderes milagrosos que mantienen a salvo al país.
Meseta de Bolaven
Situada en el sur de Laos, la meseta de Bolaven es famosa por su pintoresco entorno, fresco clima y variadas aldeas étnicas. Gracias a la fertilidad de su suelo, mantiene un verdor precioso durante casi todo el año.
En la meseta de Bolaven se encuentran algunas de las mejores cascadas de Asia. Por ejemplo, la Taat Fang y la Tad Fane dan una sensación espectacular a la vez que reconfortante. La contemplación de saltos de agua hará que, en última instancia, su corazón dé un pequeño brinco.
En la zona pueden también verse plantaciones de café y té. El aroma del café, mezclado con el aire fresco de la montaña, estimulará sus sentidos mientras deambula entre la vegetación. Para que su viaje esté más lleno de significado, aproveche la visita a la plantación para aprender cosas de la meseta de Bolaven de boca de los nativos, en especial de los granjeros que trabajan duro en las frondosas tierras de labor.
Pakse
Capital de la provincia de Champasak, Pakse fue fundada por los franceses en 1905. Aunque mucho de su patrimonio colonial fue destruido durante la Segunda Guerra de Indochina2, ha conservado la tranquilidad de su atmósfera, que es lo que ansían los turistas.
Pakse, como la mayor parte del país, tiene templos y monasterios budistas. Hay al menos 20 vat en la zona y dos de los más grandes se llaman Vat Luang y Vat Thai Fam.
Vat Luang alberga una pequeña escuela y un thaat (estupa) que acoge las cenizas de un antiguo primer ministro. Vat Thai Fam, por otra parte, esta situado cerca del Hotel Chamapasak Palace y es uno de los enclaves favoritos para las festividades de los templos. También posee una pequeña imagen de Buda.
Pakse presume igualmente de su propio lugar declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad, el Vat Phu o ‘templo de la montaña’. Emplazado en la ladera de una montaña, ofrece un panorama imponente del río Mekong y sus alrededores. Vat Phu es uno de los yacimientos arqueológicos más antiguos del país: sus muros y pilares datan del siglo V.
Si quiere conocer mejor la historia de la provincia, puede acercarse al Museo del Patrimonio de Champasak. En él encontrará objetos, pinturas y escritos que recogen los eventos implicados en la formación de la región.
2Más conocida en Occidente como la guerra de Vietnam (N. de la T.).
La llanura de las tinajas
De todas las atracciones de Laos, la llanura de las tinajas en Phonsavan es la más especial y misteriosa. Vasijas de piedra esculpidas en arenisca y granito, con tamaños que van desde lo más diminuto a los 3,5 metros de altura, yacen esparcidas por el vasto terreno de Phonsavan.
Nadie sabe exactamente por qué se tallaron estas tinajas, aunque hay leyendas al respecto. Algunos creen que se utilizaban para guardar vino de arroz, mientras que según otros eran para guardar cuerpos.
Por el momento, no se ha confirmado cuál era el verdadero propósito de estas vasijas.
Muang Khoun
Ubicada al sureste de Phonsavan, la localidad de Muang Khoun fue una vez capital del reino Phuan. Con su arquitectura y lugares emblemáticos, mezcla la cultura laosiana con el legado colonial. Los edificios franceses aún se elevan en el centro de la ciudad, al igual que templos como el Vat Si Phum, que alberga un Buda sedente. Esta soñolienta localidad también cuenta con vistas panorámicas. Puede hacer senderismo para ver la totalidad de la zona, pero seguramente el espectacular paisaje de la ciudad, salpicado de tinajas de granito, hará que desee quedarse un poco más.
Savannakhet
La arquitectura de Savannakhet quizá sea uno de los motivos por los que los turistas inundan la zona. Aparte de los habituales estupa budistas, encontrará templos vietnamitas e iglesias católicas por la ciudad. La coexistencia pacífica de distintas religiones en un pequeño trozo de tierra convierte a Savannakhet en un sitio que merece la pena visitar.
Aparte de tener diferentes edificios religiosos, Savannakhet también alberga una casa de piedra de mil años de antigüedad, llamada Heuan Hinh. Utilizada antaño como santuario por los antiguos jemeres, pretendía añadir magnificencia y gloria a su entonces próspero reino. Desafortunadamente, la mayoría de las tallas originales se han perdido y la propia estructura corre peligro de derrumbarse.
A diferencia de Heuan Hinh, el estupa de That Ing Hang tiene sus hermosas tallas y decoración intactas. Se dice que alberga los restos de la espina dorsal de Buda, y se considera un estupa sagrado, así como un importante lugar de oración para los budistas laosianos y tailandeses. Antes de entrar al templo, es posible que se pida a las mujeres que se pongan un sarong tradicional para respetar la cultura local.
Vang Vieng
Vang Vieng es simplemente lo mejor de la naturaleza. Con montañas y ríos, cuevas y acantilados de piedra caliza, es difícil no enamorarse de su increíble belleza.
Pequeña, pero pintoresca, Van Vieng ofrece montones de actividades a los espíritus sedientos de aventura. Si desea explorar cuevas y grutas, Tham Poukham y Tham Norn son los sitios perfectos. El primero cuenta con lo que ahora se llama ‘laguna azul’, un lugar encantador para flotar, nadar y balancearse en la cuerda. El segundo figura entre las cavidades más extensas de la zona.
También está el río Nam Song, donde puede gozar de las aguas mientras se tuesta al sol. Aparte de nadar, es posible practicar piragüismo, navegar a vela y flotar en cámara de aire. Tales actividades han iudo ganando en popularidad, hasta el punto de que los turistas vienen a Vang Vieng solo para probarlas. El descenso de ríos (rafting) es asimismo una práctica que debe probar, al igual que el trekking por montañas y colinas.
Si lo único que quiere hacer es sentarse y relajarse, puede quedarse en la orilla del río y contemplar la hermosa puesta de sol laosiana. Y si tiene suerte, quizá pueda ver cómo por la noche salen miles de murciélagos de sus agujeros en el karst a buscar comida.
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