Tokio
Tokio es la capital de Japón y su mayor metrópoli. Bulle de vida y luces y se la considera el principal hogar de la cultura pop japonesa.
En Shibuya, uno de los 23 barrios especiales de la ciudad, podrá apreciar de primera mano la modernidad del país. Este barrio superurbano está abarrotado de comercios y clubes nocturnos y es un destino popular, sobre todo entre los jóvenes, para ir de compras o divertirse.
Shinjuku es otro barrio especial, igualmente urbano, con diversas tiendas, restaurantes, clubes nocturnos y bares. Si desea en cambio presenciar algún espectáculo japonés, puede visitar cualquiera de los teatros y salas.
Bajo la superficie del paisaje y la atmósfera urbanas de Tokio, hay un gran respeto por la cultura del país. Para echar un vistazo a la cultura tradicional japonesa, visite el Templo de Sensoji, un santuario budista fundado en el siglo VII. Es el templo más antiguo de Japón y en él se celebran diversos eventos a lo largo del año.
También merece la pena ir al Palacio Imperial. Es la residencia de la Familia Imperial japonesa y está situado en el centro de Tokio, justo donde se construyó el castillo Edo. Es un sitio inmenso, rodeado por muros de piedra. La Agencia de la Casa Imperial ofrece visitas guiadas.
Kioto
Kioto fue capital de Japón entre el 794 y el 1868 y es, por lo tanto, el verdadero hogar de la historia y cultura antiguas del país. En esta ciudad encontrará numerosos castillos, santuarios y templos que evocan el brillante pasado de Japón.
Empiece su recorrido visitando el Palacio Imperial de Kioto. Este enorme complejo era la residencia de la familia imperial hasta que la capital se trasladó a Tokio. La visita está gestionada por la Agencia de la Casa Imperial.
El Castillo Nijo es otro enclave histórico. Erigido en 1603, el palacio era la residencia del primer sogún del periodo Edo y se utilizó como palacio imperial. Al entrar en el castillo, quedará cautivado por su inmensa belleza y sus formas arquitectónicas. Los jardines, senderos y edificios del castillo son dignos de contemplar y el conjunto hace al castillo Nijo sobrado merecedor de su designación como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Otro lugar que también ostenta la distinción de ser Patrimonio de la Humanidad es el Templo de Kiyomizu-dera (o ‘del agua pura’). Recibe su nombre de las Cataratas Otowa, lugar donde se construyó en el año 780. Al salir a la famosa terraza de madera, gozará de un imponente panorama de Kioto y de la magnífica belleza de los cerezos y los arces que hay debajo. Puede asimismo visitar el salto de agua de Otowa, situado al nivel de la sala principal. La corriente se divide en tres brazos de agua y beber de cualquiera de ellos puede suponer alguno de estos beneficios: amor, éxito en los estudios o longevidad.
Osaka
Otra antigua capital de Japón, Osaka es en la actualidad un centro económico local. Y, al igual que ocurre en la mayor parte de Japón, esta ciudad unió triunfalmente las culturas popular y tradicional del país. Prueba de ello es la coexistencia de modernas estructuras vanguardistas y templos y castillos bendecidos por el tiempo.
Si desea una visión fugaz de la antigua Osaka, no deje de visitar el Templo Shitennoji. Construido en el año 593, este templo budista es el templo estatal más antiguo del país. El templo es de una belleza impactante, con sus edificios, jardines y fachadas de intrincado diseño.
El Castillo de Osaka es otra estructura interesante. Se erigió por primera vez en 1583 y sufrió diversas reconstrucciones hasta 1997, cuando finalizaron todas las intervenciones y tareas de limpieza. El castillo es un edificio macizo, con museo, jardín y casa de té. También alberga el Parque el Castillo de Osaka, que consta de una pista multifunción, instalaciones deportivas y el Templo Hokoku.
Parque Nacional de Fuji-Hakone-Izu
Situado en el centro de Honshu, el Parque Nacional de Fuji-Hakone-Izu está compuesto por cuatro zonas: el área del Monte Fuji, el área de Hakone, la de la península Izu, y la de las Islas Izu.
El área del Monte Fuji es donde se sitúa esta montaña, la más alta y célebre de Japón. Es un volcán inactivo, cuya cima se encuentra a 3776 metros sobre el nivel del mar y que constituye un paraíso para los entusiastas del montañismo. Posee cuatro sendas de alpinismo que ofrecen a los montañeros una experiencia única.
El área del monte Fuji es un remanso de hermosos paisajes, con lagos y exuberantes bosques, destino ideal para otras actividades al aire libre como la pesca, la acampada y el senderismo.
La zona de Hakone también ostenta espectaculares paisajes, enmarcados por montañas bajas perfectamente delineadas, abundante flora y fauna y relajantes lagos. Esta área cuenta con varios balnearios y spa.
En el área de la península de Izu, podrá disfrutar de hermosos y pintorescos panoramas. El monte Amagi, una sierra de cumbres volcánicas, está aquí, y en él se permite el senderismo y la escalada.
Las islas Izu son la versión japonesa de las islas tropicales de aguas transparentes, cielos azules y clima benigno. La zona es un destino ideal para la natación, el senderismo, la observación de aves y el avistamiento de ballenas.
Nara
Antigua capital de Japón, Nara se considera la cuna de las artes japonesas. Aquí es donde se desarrollaron la mayoría de las artes tradicionales y más tarde se transmitieron de generación en generación. La ciudad es muy rica culturalmente, como evidencian sus numerosos templos y santuarios.
Un viaje a Nara no está completo si no se visita el Templo Todaiji, la mayor estructura en madera del mundo y uno de los de mayor relevancia histórica. Todaji se hizo influyente tras su fundación, motivando el traslado de la capital a Nagaoka por parte del gobierno. En el interior del templo hallará una estatua de Buda, la mayor del país (y el Buda de bronce más grande del mundo), cuyo orificio nasal es tan grande como el hueco de la base de los pilares del templo.
La historia de Nara está aparentemente entreverada de budismo, razón por la cual en la ciudad pueden encontrarse diversas reliquias, esculturas y pinturas budistas. Están cuidadosamente preservadas en el Museo Nacional de Nara, donde pueden contemplarse.
Hiroshima
Mundialmente conocida por la bomba atómica que la asoló durante la Segunda Guerra Mundial, la atmósfera actual de Hiroshima es densa y pacífica, resultado de los notables esfuerzos gubernamentales por reconstruir la ciudad.
Para conmemorar el bombardeo, el gobierno ha convertido el lugar donde cayó el proyectil en un amplia zona conmemorativa llamada el Parque de la Paz. El parque, bordeado con árboles, transmite serenidad y es uno de los lugares emblemáticos de la ciudad. Puede recorrerse por entero siguiendo los senderos, disfrutando de la vasta panorámica.
En el corazón del parque se halla el Museo de la Paz, donde pueden admirarse distintos restos del deplorable bombardeo de aquel 6 de agosto de 1945. El museo es un lugar magnífico para aprender más cosas sobre el ataque y sus efectos sobre los japoneses y sobre el país en general.
Se puede asimismo visitar la Cúpula de la Bomba Atómica, las ruinas del Salón de Promoción Industrial de la Prefectura y el Cenotafio de Hiroshima, un momumento funerario en forma de arco en honor de las víctimas de la explosión atómica.
Kamakura
Kamakura solía ser la sede del gobierno militar en Japón. Pero hoy en día, la ciudad es un atractivo destino turístico repleto de edificaciones históricas y de importancia cultural.
Una de ellas es el Gran Buda de Kamakura, la segunda mayor estatua de Buda del Japón, con una altura de 13,35 metros. Está ubicada en el Templo Kotokuin. Se puede entrar dentro de la estatua de bronce a través de una puerta situada en su espalda.
El viaje a Kamakura no estaría completo sin visitar los llamados Cinco Grandes Templos Zen. Estos conforman el Gozan de Kamakura, establecido fundamentalmente para propagar el budismo zen. Según su orden jerárquico, los cinco templos son Kenchoji, Engakuji, Jyufukuji, Jochiji, y Jyomyoji.
Kamakura también alberga el santuario Tsurugaoka Hachimangu. Erigido en 1063, se considera que Tsurugaoka Hachimangu es el santuario más importante de la ciudad. En él se celebran anualmente distintos eventos.
Situada en la costa del Pacífico, Kamakura posee también varias playas, que son populares destinos turísticos y están a rebosar de visitantes todos los veranos.
Nikko
Situada en la prefectura de Tochigi, Nikko es una ciudad famosa por su gran influencia budista y sintoísta.
Nikko alberga el célebre Santuario Toshogu, el mausoleo ricamente decorado de Tokugawa Ieyasu, fundador del sogunato Tokugawa. Su decorado de fondo es un espléndido bosque que produce una sensación de acercamiento a la naturaleza. Al entrar en el santuario, se encontrará con los magníficos adornos que cubren su interior, y contribuyen a la inherente belleza del conjunto.
En Nikko encontrará también Taiyuinbyo, el mausoleo de Iemistsu, nieto de Ieyasu y asimismo sogún Tokugawa. El mausoleo tiene un intrincado diseño y una paleta de colores en negro, dorado y rojo. Taiyuinbyo está intencionalmente estructurado de forma diferente a Toshogu, aunque algunos elementos de Toshogu están también presentes en él.
Yakushima
Yakushima es una isla subtropical situada en la isla Yuki, de la región de Kyushu. Tiene una altitud máxima de 2000 metros, con varios picos de hasta 1800.
El exuberante bosque de cedros sigue siendo la mayor atracción de Yakushima, donde se encuentran ejemplares muy antiguos, de unos 1000 años de edad. Se cree que el más longevo podría tener más de 7000 años. Los cedros reciben apodos en Yakushima: los que tienen menos de 1000 años se denominan ‘kosugi’ y los que tienen más de 1000 ‘yakusugi’. Sugi significa ‘cedro’ en japonés.
La abundante flora y fauna de Yakushumi, la mayor parte de la cual es endémica, crea escenarios diversos y visualmente atractivos. Puede explorar la belleza de la isla de distintos modos: haciendo senderismo, en coche, haciendo submarinismo o buceo con esnórquel.
Isla Miyako
La isla Miyako es un destino playero muy frecuentado y tentador de Okinawa. Su pequeña red de playas ofrece a los turistas una escapada tranquila.
Las playas de la isla Miyako, que incluyen las de Maehama, Yoshino, y Sunayama, son perfectas para nadar, hacer esnórquel y bucear. Las playas crean hermosas imágenes, con el cielo azul y las aguas transparentes tocándose en el horizonte y las olas acercándose a la blanca línea costera.
La isla de Miyako posee un clima subtropical, algo que la convierte en un lugar aún más atractivo para hacer una visita.
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