Borobodur
Borobodur se encuentra en el corazón de Java, la isla que alberga Yakarta, y juega un papel central en la vida de los indonesios. A primera vista, los visitantes pueden confundir Borobodur con un templo. Con cientos de estatuas de Buda y miles de paneles con relieves que narran la vida de los santos budistas, este lugar sagrado da testimonio de una fé desterrada de la isla hace mucho tiempo.
Nadie sabe con seguridad quién construyó este enorme edificio. Pudo ser un rey javanés muy querido, cuya dinastía fue depuesta tras la llegada del islam. Por algún motivo bienintencionado, los invasores dejaron en paz esta colina artificial, con estupas3 y una gran cúpula única recortada contra el cielo.
Mil años después de su construcción, Borobodur, junto con los templos cercanos de Pawon y Mendut, aún acoge a turistas y peregrinos budistas por igual. Estos son los mejores ejemplos de la antigua arquitectura indonesia.
Yakarta
Yakarta es el alma y corazón de Indonesia. Esta próspera metrópoli es el centro cultural, económico y político del país. También es la puerta de entrada a los valles e islas distantes, donde inmaculadas playas e increíbles paisajes esperan ser descubiertos. Una vuelta por la capital tiene sus propias recompensas, ya que, después de todo, Yakarta es Indonesia vista con microscopio.
La visita al Big Durian2 empieza en la Plaza Merdeka. Allí se alza orgulloso el Monumento Nacional junto con decenas de estatuas y relieves, celebrando la herencia del país. El enorme pilar simboliza dos de los elementos tradicionales de Indonesia: el granero de arroz y la mano del mortero. También hay un museo dentro, que cuenta la historia de los indonesios pintada sobre lienzo. Más adelante, la visita llega al Salón de la Independencia, donde se conserva el texto original de la Proclamación de la independencia indonesia.
La llamada del muecín a la oración desde el minarete de la Mezquita de Istiqlal puede oirse atravesando el centro de Yakarta. Erigida en 1978 para conmemorar la independencia de Indonesia, la mezquita de Istiqlal funciona como lugar de culto estatal. Está situada al lado de la Catedral de Yakarta y es la mezquita más grande del sureste asiático.
Una visita a Yakarta está incompleta si no se rinde homenaje a la vieja ciudad de Kota Tua. Una caminata sería lo recomendable ya que muchos de los edificios antiguos se hallan muy próximos unos a otros. El Museo Wayang se dedica al hermoso arte del teatro de sombras, mientras que el Museo de Historia de Yakarta sirvió como ayuntamiento durante el periodo holandés. Cruce el puente levadizo de Jembatan Kota Intan, o piérdase por el barrio chino de Glodok y Pinangsia. La antigua Kota Tua, aunque está que se cae, ofrece otros sitios interesantes que no pueden verse en un solo día de caminata.
Islas de Komodo y Rinca
Si no fuera por los dragones que habitan estas islas, Komodo y Rinca seguirían siendo lugares insignificantes. Afortunadamente, los dragones de Komodo, los lagartos más grandes del mundo, viven en estas islas.
En ellas puede observar cómo estos reptiles se tragan una cabra de un solo bocado o incluso cómo atacan a un búfalo. Aunque hay pistas de senderismo, no está permitido recorrerlas solo. Se sabe que los dragones pueden atacar a los humanos y han matado a dos personas en los últimos veinte años.
Lombok
Lombok se ha convertido en el segundo destino turístico más solicitado de Indonesia, después de Bali. La isla es un verdadero paraíso tropical, pero menos caro y atestado que su prominente vecina del otro lado del mar. A pesar de las playas de arena blanca que se extienden por Kuta, en ocasiones este paraíso del surf está desierto. De hecho, todavía es posible tener toda la playa, con sus legendarias olas, para uno solo.
Las islas Gill, justo frente a la costa de Lombok, son un paraíso para el buceo con esnórquel. Este trío de exuberantes islas aún hurta el cuerpo a la acelerada construcción de carreteras y alojamientos que se lleva a cabo en la isla principal. Están prohibidos los automóviles y los grandes centros vacacionales, pero hay elegantes chalets y rústicas cabañas con hamacas que puede alquilar para olvidarse del mundo y dejar pasar el tiempo.
Baliem Valley
Nada es comparable al encanto de lo fronterizo, especialmente en Indonesia, donde algunas islas permanecen en gran medida ajenas a la civilización. Considere el Valle Baliem en Papúa como una isla, situada en un mar de árboles, campos de color púrpura cubiertos de plantas de boniato y montañas prácticamente inexploradas, salpicadas de aldeas tribales cuyo origen no se recoge en ninguna historia.
Los días son largos y plácidos en este valle soñoliento, salvo que usted sea un misionero cristiano que se propone convertir a las tribus dani, lani y yali o haya venido en agosto, cuando Wamena, el centro comercial y los pueblos tribales cercanos retumban con música y danza tradicionales, representaciones de batallas y banquetes de cerdo para celebrar sus fiestas.
Una advertencia: el Valle Baliem y Wamena están ubicados en el interior de la provincia. Todo se trae en avión desde el cercano puerto de Jayapura, por lo que los bienes de consumo tienden a ser algo caros.
Bali
A muchos occidentales les gustaría pensar que Bali existe aparte de Indonesia. Después de todo, no hay isla que ostente una cultura tan distinta y al mismo tiempo tan profunda como la balinesa. Bali eclipsa efectivamente todo lo que Indonesia pueda ofrecer.
No son solo las playas de arena blanca o los deslumbrantes clubes nocturnos lo que confiere encanto a Bali. Imbuidos de costumbres y tradiciones que se remontan hasta antes de que todos los ojos mirasen hacia la Meca, los balineses han desarrollado un estilo de vida diferente, con considerables préstamos de la India.
Permítase un festín gustativo mientras sobreestimula sus sentidos con canciones y bailes tradicionales en Ubud. Rodeada por campos de fragante arroz y antiguos templos, la ciudad es considerada el centro de la cultura balinesa.
La ciudad costera de Kuta ofrece la vida nocturna más animada de la isla. Situada al sur de la capital, Denpasar, Kuta posee hilera tras hilera de hoteles, restaurantes, clubs y spa que bordean las principales calles. Justo hacia el sur están las playas de blanca arena que se prolongan kilómetros. A pesar de estar demasiado llena algunas veces, esta costa turquesa sigue siendo un destino favorito entre los surfistas.
Denpasar se ve a menudo como el punto de entrada a Bali, pero detrás del ajetreo y el ruido de la capital, hay abundantes comercios que venden obras de arte y alfarería típicamente balineses. También aquí se venden sarong y batik.
Sumba
La pobreza y el atraso de un lugar no impiden a los turistas visitarlo; mientras tenga algo que ofrecer, como tribus que aún entierran a sus muertos bajo inmensas moles de piedra o megalitos, o sangrientas luchas rituales a caballo (pasola), siempre habrá algo que ver a ojos de los curiosos.
En la isla de Sumba, permanece lo que en otros lugares se ha olvidado. Este camino poco trillado le conducirá a una tierra agraciada con un sol casi infinito, donde hermosos caballos y pájaros exóticos se mueven en libertad y donde las familias extensas viven en casas con techo de paja. Los alojamientos son, como mucho, espartanos, y las carreteras (la mayoría sin pavimentar) conectan los pocos pueblos con las localidades principales.
Sin embargo, no importa lo primitiva que pueda parecer Sumba, los signos de modernización han empezado a infiltrarse en la isla. La CNN está generalmente disponible por cable y, aunque para comunicarse con las tribus hay seis idiomas distintos, la mayoría de la gente sabe indonesio.
Tana Toraya
Tana Toraya es el hogar de un pueblo cuya obsesión con la vida de ultratumba se refleja en sus elaboradísimos rituales funerarios. El fallecido descansa en un ataúd similar a un tambor, en el cual se conserva en formol. Este contenedor se deja en el dormitorio de la matriarca para que “duerma” durante meses, hasta que esté listo para su traslado a las cuevas y acantilados guardados por efigies de madera de tamaño humano. Durante los últimos días de la época funeraria, entre julio y agosto, se matan búfalos.
Este macabro despliegue no debe ser la única razón que atrae en masa a los turistas. Además del descenso de rápidos y las esbeltas casas de los tongkonan, cuyos curvados tejados parecen el casco de una embarcación, la atracción de Tana Toraya proviene de su exclusividad. Así que venga y vea lo que ofrece. La metafísica de los toraya puede explicar el significado de la vida, que aparentemente está deseando que la entiendan.
Yogyakarta
La búsqueda espiritual en Indonesia no estaría completa sin poner el pie en el corazón y la mente de Java, Yogyakarta. La ciudad fue una vez capital, durante la Revolución Nacional Indonesa de 1945.
Célebre por ser el centro neurálgico de las artes y cultura javanesas, tiene decenas de museos que preservan el patrimonio de la ciudad. El Yogya Kembali, con forma de pirámide, muestra maquetas con los puntos cruciales de la revolución. El Fuerte Vredeburg es uno de los últimos supervivientes de la arquitectura holandesa. Convertido en museo, ahora exhibe objetos del pasado colonial.
La ciudad en sí, que se expande desde el Kraton o Palacio del Sultán, aún está gobernada por un Sultán. Dentro del complejo palaciego hay decenas de lugares emblemáticos. Está el Taman Sari, llamado también el Castillo de Agua. Su suelo, parcialmente en ruinas, sirvió tiempo atrás como jardín de recreo del sultán. Puede asimismo encontrar el Siti Hinggil Selatan, donde se representa un teatro de sombras cada fin de semana. Finalmente, está la Mezquita Gede Kauman, una de las más antiguas y grandes de Yogyakarta; podría asomarse y ver al Sultán realizando ritos y ceremonias religiosos en su interior.
Otros sitios de interés en Yogyakarta y alrededores son la Universidad de Gadjah Mada, el enigmático e imponente conjunto de templos Prambanan y la zona comercial de Maliaboro.
Isla de Bunaken
En la profundidad de las aguas costeras de Pulau Bunaken hay tesoros vivientes a la vista de cualquiera. Los vivos colores, las efímeras visiones y la explosión de criaturas marinas hacen de esta isla un destino relevante para submarinistas y aficionados al esnórquel de todo el mundo.
La legendaria biodiversidad marina, que incluye unos 100 tipos de coral y más de 3000 especies de peces, está protegida por leyes estatales. Los grupos conservacionistas, dueños de negocios y líderes locales trabajan codo con codo para sostener el frágil ecosistema.
Viajar a la isla de Bunaken lleva una hora en barco desde la ciudad de Manado. Puesto que esta localidad es muy accesible incluso desde ciudades del extranjero, reservar un vuelo a ella no debería suponer problema alguno.
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