Las cataratas Victoria
Las cataratas Victoria son una de las siete maravillas del mundo moderno. Situadas en el río Zambeze, en la frontera entre Zambia y Zimbabue, estas cascadas se conocen también como Mosi-oa-Tunya, o ‘el humo que truena’, nombre otorgado por la tribu kololo, que vivía en las proximidades de las cataratas en el siglo XIX, debido a la combinación de la neblina creada por el agua y el atronador sonido de su caída.
Las cataratas Victoria pueden divisarse desde kilómetros de distancia. Unos 546 millones de metros cúbicos de agua se desplazan cada minuto en la cascada, que tiene una anchura de dos kilómetros y una altura de 100 metros.
En las proximidades está el puente de las cataratas Victoria, una vía de ferrocarril que lleva trenes hasta justo debajo del salto de agua. Se encargó su construcción en 1900 y desde él se contempla uno de los mejores panoramas de la cascada, ya que permite ver el desfiladero a un lado del tren y la rugiente caída del agua al otro lado.
Otro punto de vista privilegiado, esta vez a pie, es el puente del filo de cuchillo. Caminar por él es como andar por el agua y hay que estar preparado para mojarse con la densa neblina pulverizada que levantan las cataratas (¡no se traiga ningún dispositivo electrónico que no resista la humedad!).
El río Zambeze
El río Zambeze es el cuarto mayor sistema fluvial de África, tras el Nilo, el Zaire y el Níger. Este río cruza seis países en su recorrido desde el centro de África hasta el océano Índico.
El mayor atractivo del Zambeze es su naturaleza intacta: prácticamente, no hay asentamientos humanos en las riberas y, por tanto, no hay polución que le afecte.
El río recorre una distancia de 2700 kilómetros, manando en origen como un pequeño manantial en la zona noroeste de Zambia. A medida que avanza, va lentamente aumentando en fuerza y caudal, sirviendo finalmente como frontera entre Zambia y Zimbabue.
A su paso por las cataratas Victoria, el Zambeze ofrece un lugar perfecto para practicar deportes acuáticos como el descenso de rápidos, hidrotrineo y piragüismo.
Si no es aficionado a estas actividades, puede optar simplemente por relajarse mientras la embarcación desciende por el río, una estupenda y descansada alternativa.
El lago Kariba
El lago Kariba es una masa de agua pintoresca y tranquila que ofrece increíbles vistas panorámicas a los turistas, espectaculares zonas de pesca y un entorno adecuado para relajarse y tostarse al sol.
El lago Kariba es de hecho un embalse, el más grande de África. Mide 226 kilómetros de largo y en algunos tramos, 40 kilómetros de ancho.
Este embalse es tan inmenso que, en ocasiones, al desplazarse por él, se tiene la impresión de estar en el mar.
El lago Kariba se creó al objeto de generar energía eléctrica para regiones de Zambia y Zimbabue. Es también el enclave de un sector pesquero comercial que, poco a poco, está consiguiendo tener éxito.
Un crucero en casa flotante por el lago Kariba es una de las actividades preferidas de las parejas en luna de miel y de las familias. El mejor momento para realizarlo es durante la puesta de sol, especialmente si la luna está llena.
Los cruceros también le acercarán a los residentes por antonomasia del lago, los hipopótamos.
Orfanato de la fauna salvaje de Chimfunshi
El orfanato de la fauna salvaje de Chimfunshi se encuentra en la cabecera del río Kafue. Bajo los cuidados de David y Sheila Siddle, el centro ha llegado a incluir otros animales.
Esta pareja se retiró a principios de los años 70 y volvieron a Chimfunshi a vivir del campo. Sheila, conocida por su amor hacia los animales, recibió en 1983 un joven chimpancé al que se había rescatado de los cazadores furtivos. No se esperaba que el chimpancé viviera, pero Sheila lo cuidó y se ocupó de él hasta devolverle la salud.
Este fue el origen del orfanato de la fauna salvaje de Chimfunshi. En la actualidad, goza de reconocimiento internacional como centro de rehabilitación y refugio de animales. Funciona principalmente gracias a la dedicación de los Siddle y el apoyo financiero de algunas donaciones. Acaba de iniciar un ambicioso plan para transformar un terreno recientemente adquirido, de más de 4000 ha, en un recinto cerrado para los chimpancés, junto con una reserva faunística, instalaciones educativas y alojamientos para turistas.
En comparación con otras reservas que se mantienen gracias a un enfoque puramente mercantil, Chimfunshi prospera gracias a la pasión de los Siddle y a las donaciones de grupos e individuos que simpatizan con su causa.
Ishiba Ng’andu y Kapishya
Existe una leyenda que narra la historia de una tribu del Congo que viajó a Zambia. Por el camino, se toparon con un cocodrilo muerto cerca de un lago y lo consideraron un buen presagio, por lo que se bautizaron a sí mismos como los Bena Ng’andu, que se traduce ‘el pueblo del Cocodrilo real’.
El lago recibió entonces el nombre de Ishiba Ng’andu, que significa ‘lago del cocodrilo real’.
Ishiba Ng’andu es un plácido lago que hace las delicias de aquellos turistas deseosos de admirar paisajes cautivadores.
Los viajeros pueden también visitar Kapishya, que está muy cerca.
Las fuentes termales de Kapishya son un manantial natural de agua caliente rodeado de exuberante vegetación y árboles. Las tibias aguas burbujean en el fondo de arena blanca de una somera poza cristalina.
El Kapishya fluye hacia el río Manshya. Pequeñas viviendas, que sirven también comidas a los huéspedes, se han construido en la zona.
El lago Bangweulu
El nombre del lago Bangweulu se puede traducir como ‘el sitio donde el agua toca el cielo’.
Se llama así debido a que las azules aguas del lago a veces adquieren el mismo tono que el cielo, haciendo prácticamente imposible distinguir la línea del horizonte.
En la actualidad, sirve más como destino para la pesca que como lugar turístico, pero se están haciendo planes para construir un centro dedicado al turismo.
No obstante, antes de que se haga realidad, los turistas pueden acercarse a ver lo hermoso que resulta el lago, especialmente por las mañanas, cuando el cielo está despejado y el horizonte se hace invisible.
Hay varias poblaciones alrededor del lago, la mayor de las cuales es Samfya. Se erigió en el siglo XX, en principio como pueblo de pescadores, y en ella se puede adquirir pescado fresco.
Además, en octubre, en Samfya se celebra la ceremonia Kwanga de la tribu Njumbo, que permite apreciar las tradiciones y bailes locales.
El Parque Nacional de Luangwa sur
El parque nacional de Luangwa sur tiene una extensión de 9050 kilómetros cuadrados y ha sido calificado por los expertos como uno de los mayores santuarios de fauna salvaje del mundo, debido a la inmensa concentración de animales salvajes que viven en él.
El alma del parque es el río Luangwa, que contribuye a la amplia diversidad de fauna albergada por la reserva. El safari a pie se originó aquí, y sigue siendo una de las mejores maneras de apreciar y sentir la belleza natural del parque.
Hay unas 400 especies ornitológicas y más de 60 especies de otros animales en el parque. En cuanto se cruza el puente de entrada al mismo, ya se puede ver a los hipopótamos vadeando el río. Las cebras corren por los campos a docenas. Existen 14 especies de antílope en la reserva y la mayoría de ellas pueden verse fácilmente.
Visitar el parque es visitar el propio hogar natural de los animales, una experiencia que supera con creces la emoción de visitar un zoo.
Parque Nacional del bajo Zambeze
El parque nacional del bajo Zambeze es uno de los parques de reciente creación de Zambia.
Aunque su grado de desarrollo es menor, comparado con el de parques más consolidados y antiguos, ofrece una experiencia muy personal respecto a los animales.
En esta reserva uno se puede acercar a ellos lo máximo posible.
El parque nacional del bajo Zambeze tiene una superficie de 4902 kilómetros cuadrados, cubierta de bosques y terrenos arbolados. Una escarpadura en el extremo norte del parque sirve de barrera física para mantener a la mayoría de los animales dentro de los límites de la reserva.
El río Zambeze atraviesa el parque y cientos de elefantes patrullan sus orillas. También suelen verse búfalos cerca del agua.
Sin embargo, la mayoría de los animales se encuentran en el fondo del valle. Hay poblaciones considerables de leones y leopardos que deambulan por el parque, al igual que el célebre pigargo vocinglero.
Si entra en sus planes visitar el parque nacional del bajo Zambeze, prepárese para vivir una aventura que le pondrá literalmente cara a cara con estos animales.
El Museo Livingstone
El museo Livingstone recibe su nombre del explorador responsable de señalar Zambia en los mapas, el fallecido David Livingstone.
El recinto cuenta con cuatro galerías. La primera se llama de la prehistoria y es una galería arqueológica, con restos encontrados en excavaciones realizadas en Zambia. La segunda galería es la de etnografía y arte, que muestra los cambios culturales en el país a través del tiempo. La tercera galería es la de historia, en la que se recoge la progresión de Zambia en el tiempo, hasta llegar en la actualidad a ser un gancho para el turismo. La cuarta galería es la de historia natural y en ella se exhibe la diversidad natural del país.
El museo también expone una colección de objetos personales de David Livingstone y sus descripciones de las rutas que recorrió durante su exploración de África.
Monumento conmemorativo de Livingstone
El conocido como Memorial de Livingstone rinde tributo al hombre que atravesó África en busca de las fuentes del Nilo y descubrió, en cambio, las hoy célebres cataratas Victoria.
David Livingstone, que dio a conocer este salto de agua al resto del mundo occidental, murió en 1873 en Ilala, Zambia, debido a una combinación de extremo agotamiento, malaria y disentería.
Se talló una inscripción en el árbol bajo el cual exhaló su último aliento, y allí se enterró su corazón. Luego, su cuerpo fue transportado de vuelta a Inglaterra.
Hoy en día, un pequeño monumento conmemorativo marca el punto donde estaba el árbol. Se erigió en el 100 aniversario de su muerte.
En el museo Livingstone se conserva un molde de la inscripción original que, a su vez, se encuentra en el museo de la Real Sociedad Geográfica de Londres.
Los turistas que visitan el Memorial son testigos de la inmensa admiración de Zambia por este explorador y pionero visionario.
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