1. Se recomienda no sacar fotografías. Los nativos se enfadan mucho, porque creen que ‘capturar la imagen de una persona’ separa el espíritu del cuerpo.
2. Los belgas fabrican una de las mejores cervezas del mundo, pero los congoleños no permiten que sus ex-colonizadores se lleven todos los méritos, por cerveceros que sean. La cerveza Simba no sólo tiene un sabor excelente, sino que la botella, mísera y con un dibujo de un león, es casi el doble de grande que la mayoría de botellas de cerveza del mundo. Quienes la han probado dicen que su sabor recuerda al del pan y hay quien afirma que está mejor que la Budweiser.
3. A pesar de ser un país pobre y asolado por los conflictos, el Congo tiene un programa espacial. Financiado de forma privada por Développement Tous Azimuts (DTA) y con un apoyo significativo por parte del gobierno, se espera que los cohetes Troposphere podrán llevar su cargamento al espacio exterior en un futuro próximo.
4. Esta muy extendida la creencia en la brujería y en ocasiones se acusa a los niños de ser brujos. Algunos de ellos son golpeados y otros incluso asesinados, pero la mayoría se queda sin casa, ya que sus familias los abandonan en la calle.
5. Con sus 21344.858 kilómetros cuadrados, el Congo cubre un territorio mayor que las superficies de España, Francia, Alemania, Suecia y Noruega juntas. El Congo es el segundo país más vasto del continente africano.
6. Kinsasa y Brazzaville, esta última situada en la adyacente República de Congo, son las dos capitales más cercanas del mundo, a excepción de Roma y la Ciudad del Vaticano. Aún falta por construir un puente sobre el río Congo que conecte los dos centros políticos.
7. Los grandes simios, como los bonobos y los gorilas de llanura, solo se pueden encontrar en el Congo. Ambas especies están en peligro debido a la polución, la deforestación y la compraventa de carne procedente de la caza ilegal. Es posible que estas criaturas, los primates más cercanos a los humanos, se extingan en el plazo de una década.
8. El grado de corrupción de Mobutu Sese Seko, el segundo y más pertinaz gobernante del Congo, llegaba hasta el punto de fletar un Concorde para llevar a su familia desde su residencia en Gbadolite hasta París, para ir de compras. Incluso había decretado la construcción de una pista para utilizar semejante avión, a expensas de su pueblo hambriento.
9. Debido a las dos devastadoras guerras civiles y a décadas de estancamiento económico, los cajeros empezaron a aparecer en la República Democrática del Congo en 2010.
10. El Congo solía tener una moneda muy extraña, llamada cruz de Katanga. Se hacía con cobre y tenía forma de X. Con una sola cruz de Katanga, que se empleaba en los intercambios comerciales en el siglo XIX y principios del siglo XX, se podían comprar 10 kilos de harina y seis pollos. Con dos, se podía comprar un arma.
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