• Menu
Visit the leather factories in Fez

Qué hacer en Marruecos

Alojarse en una casa típica marroquí

Lodge in a traditional Moroccan home

¿Qué mejor manera de saborear al máximo una escapada marroquí y experimentar el auténtico estilo de vida de la zona que alojándose en una riad? Las riad son viviendas tradicionales de Marruecos; muchas de ellas han sido renovadas en la actualidad para convertirse en hoteles de precio razonable.

Las riad marroquíes son famosas por tener un jardín interior o patio. De hecho, la traducción literal de riad es ‘jardín’.

Este jardín interior es una característica arquitectónica relacionada con la protección, en especial de las mujeres. Por el mismo motivo, las riad generalmente carecen de grandes ventanas hacia el exterior. Todas las habitaciones se abren hacia el patio.

Los muros interiores de las habitaciones ejemplifican la espiritualidad del país, ya que suelen estar ornamentados con azulejos en los que se recogen pasajes del Corán.

Visitar las fábricas de cuero de Fez

Visit the leather factories in Fez

Fez lleva fabricando cuero desde la época medieval y hoy en día reivindica el título de capital de la producción de cuero de Marruecos.
Una experiencia distinta le aguarda en su visita a la ciudad si acude a las tenerías para aprender más sobre una de las principales actividades comerciales de la ciudad.

Muchas curtidurías de Fez están ubicadas en los alrededores de la mezquita Karaouine. Las tiendas y almacenes de cuero permiten a los turistas observar el proceso de curtido desde un balcón elevado que da a la zona de trabajo, donde se encuentran las pieles y los cestos de tintes.

Contemplar el proceso tiene todas las garantías de ser un pasatiempo educativo, amén de un festín para los ojos.

Durante la visita a las tenerías de Fez, puede resultar útil tener caramelos de menta para contrarrestar el fuerte olor que impregna el lugar.

Acampar en el Sáhara

Morocco

Todos hemos visto retratada en innumerables películas de cine la belleza y el aura estremecedora del desierto del Sáhara.

Uno de los mejores sitios a los que viajar en el Sáhara está en la zona sureste de Marruecos: el erg Chebbi.

Un erg es la región arenosa del desierto donde se encuentran algunas de las mayores dunas del país.

En el erg Chebbi puede montar en camello, ver el sol ponerse tras las dunas, cocinar en una fogata (¡sin temor a provocar un incendio forestal!), cenar bajo el cielo del desierto y dormir en un campamento nómada.

No olvide observar la fauna salvaje del desierto. Aquí podrá encontrar gorriones del desierto, lagartijas colilargas, erizos del desierto, gerbos y algunos halcones.

 Cabalgar sobre las olas marroquíes

 Ride the Moroccan waves

Durante los meses de invierno, Marruecos se convierte en un paraíso para los aficionados al surf, que adoran las constantes olas y la excelente temperatura tanto del agua como del aire.

La mayoría de estos hijos del mar se van directos a Taghazout, al norte de Agadir, que es el destino número uno en Marruecos para los amantes del surf.

La intensidad de las olas en Taghazout es apropiada para hacer surf “de un pueblo a otro”, aventura que consiste en deslizarse sobre las implacables olas recorriendo una distancia de unos dos kilómetros.

Entre los meses de septiembre y abril las olas son de hasta 5 metros. Para remontarlas adecuadamente, conviene ser un surfista experto o avezado.

Los novatos pueden disfrutar de las olas durante el resto del año.

Visitar un jardín botánico

visit a botanical garden moroco

Dése el lujo de pasar un día relajante y refrescante en los jardines Majorelle, en la región de Marrakech.

Este jardín botánico, diseñado por el artista francés Jacques Majorelle, de quien toma su nombre, crea una atomósfera de serenidad absoluta, tan refrescante en medio del ajetreo y el bullicio de Marrakech como un oasis en mitad de un ardiente desierto.

El jardín rebosa de flores de vivos colores e incluye más de 300 especies de plantas y arbustos exóticos. Hay también 15 especies de hermosas aves que frecuentan el sitio, contribuyendo al vivificante ambiente del jardín.

Parte del diseño de Jacques Majorelle lo constituyen una serie de objetos color azul cobalto, esparcidos por el recinto. Incluso los edificios son de un tono cobalto brillante. Tan bellos como la vegetación del jardín, estos objetos de intenso color atraen inevitablemente la mirada para que los sentidos no se emboten con la belleza natural de alrededor.

Uno de estos edificios azules es de hecho un museo que contiene y exhibe los cuadros de Majorelle, así como arte islámico y joyas.