El clima en Marruecos es especialmente agradable durante la primavera, entre los meses de marzo y mayo, y en otoño, entre septiembre y noviembre. Durante estos períodos el tiempo no es en exceso caluroso y resulta ideal para las excursiones al aire libre.
Afirmar que la primavera y el otoño son buenas épocas para visitar Marruecos también significa que probablemente no sea muy buena idea viajar al país entre mayo y agosto, durante el verano.
El estío en Marruecos no es ninguna broma; por lo general, se caracteriza por un calor espantoso. En las ciudades cercanas al Sáhara el calor estival alcanza su punto álgido entre junio y agosto y no es recomendable visitar estos destinos en dichos meses.
Por otro lado, el clima en las zonas cercanas al océano Atlántico, como Rabat, Tánger y Esauira, es algo más suave y tolerable (no mucho más) durante esta época.
Pese a todo, los más valientes siguen viajando a Marruecos en verano porque dicha estación es la más popular para la práctica del surf en las playas marroquíes. También es el momento en que se celebran varios festivales culturales de los que uno no debe perderse, como el Festival de música sacra de Fez y el Festival de músicas del mundo de Gnaoua, ambos en julio.
Durante el invierno, entre noviembre y febrero, la temperatura diurna suele ser suave, pero puede descender hasta los 10 °C por las noches. El norte del país normalmente sufre precipitaciones durante este periodo, mientras que en el sur hace, por lo general, un frío seco.
En el norte de Marruecos pueden darse algunas nevadas durante el invierno; en la cordillera del Atlas la nieve es suficiente como para divertirse esquiando.
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