Asistir a festivales y conciertos
Malí es en verdad un sitio lleno de misticismo e imaginación. Estas son algunas de las celebraciones en las que quizá desee participar:
Festival Au Desert. Suele celebrarse a mediados de enero en las afueras del Sáhara y rinde homenaje a los dones artísticos y a la unidad tribal que caracterizan la región desde hace más de 10 años, cuando tuvo lugar el primer festival, en 2001.
Se verá rodeado de color y sonidos exóticos, de la mano de las tribus anfitrionas. Este festival ha ido incrementando con los años tanto su asistencia como su valor en cuanto a producción artística. Es visita obligada sin duda alguna.
Festival del Níger. Celebrado en Segú, este festival rinde homenaje a uno de los ríos más llenos de vida del mundo. En él se implican las aldeas enclavadas en las riberas del gran Níger y se exhiben generosamente las bebidas y alimentos locales. Tiene lugar entre enero y febrero.
Fiesta de las Máscaras. Este festival se centra en la cultura y el bagaje histórico de los dogón. El evento dura cinco días y en él se pueden admirar una serie de máscaras de distintos estilos, muchas de las cuales se utilizaban en auténticos rituales dogón de hace 1000 años.
Recorrer el Sáhara en camello
No hay nada como atravesar las dunas sobre un camello para hacer una auténtica travesía por el desierto. Estos maravillosos animales han sido el principal medio de transporte en los abrasadores desiertos africanos durante miles de años; han llevado casi todo tipo de preciosas rarezas sobre su lomo jorobado.
En la actualidad, distintas agencias ofrecen recorridos en camello para permitir al duro explorador del desierto viajar de forma segura y divertida por las vastas arenas.
Además de un guía, los recorridos incluyen los servicios de un cocinero y un cuidador de camellos. Se realizan a primeras horas de la mañana, hasta el mediodía, y se hace una parada durante el periodo de más calor. Este es un momento excelente para interactuar con los nativos y echar una cabezada tras el almuerzo. Por la tarde, se continúa el recorrido.
La última parte del día consiste en cenar bajo las estrellas. En cuanto a la noche, puede hacer que levanten una tienda para usted, aunque muchos prefieren dormir directamente al raso.
Crucero por el río Níger
Una buena manera de ver más territorio en Malí es hacer un viaje por el río Níger. Puede compartir el pasaje en las embarcaciones de madera con otros mochileros y gozar del paisaje local y la frescura del aire mientras recorre las aguas.
En este crucero abundan los paisajes a disfrutar, ya que el Níger es uno de los ríos más largos y frecuentados de todo el mundo. Desde los primeros tiempos de la civilización, ha proporcionado a los pueblos ribereños todo lo que puede ofrecer un río y el comercio asociado a él. Verá largas embarcaciones de madera que transportan por él diversos recursos desde Segú, Bamako y Mopti.
Cuando se canse o le entre hambre, diríjase a los restaurantes y hospederías situados en las márgenes del gran río. Allí podrá echar la imprescindible cabezada o darse el gusto de probar deliciosos y asequibles guisos.
Comprar productos locales
Si le gusta coleccionar souvenirs, en Malí encontrará un auténtico cofre del tesoro por lo que a artesanía local se refiere. Para empezar, todos los grupos étnicos del país poseen sus propias máscaras originales que adornarían estupendamente las paredes de su casa. Puede también encontrar instrumentos musicales; algunos de los mejores músicos del mundo proceden de este país.
Otros artículos disponibles incluyen marroquinería, joyería de plata y armas punzantes, como espadas, lanzas y dagas. Convendría, no obstante, confirmar si estos productos pueden llevarse más allá del aeropuerto.
Explorar los museos
Mucha de la larga y compleja historia de Malí se conserva en los museos y parques nacionales del país. Cualquier visitante que acceda a estos lugares fascinantes sentirá que retrocede en el tiempo gracias a las piezas artísticas y los objetos de antiguas civilizaciones que en ellos se exhiben.
El Museo Nacional de Malí en Bamako es bastante popular entre los turistas. Alberga una magnífica colección de objetos rituales, vestimentas e instrumentos musicales de los distintos grupos étnicos malíes.
El Museo Muso Kunda, también en Bamako, es otro lugar muy visitado. Es especial porque es el único museo de Malí que cuenta con una zona dedicada en exclusiva al arte creado por mujeres. También posee exposiciones de tejidos malíes tradicionales y contemporáneos, joyería y objetos de uso cotidiano.
Se llega fácilmente a ambos en los autobuses verdes de la ciudad, llamados dourouni.
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