Explorar la naturaleza angoleña
Debido a casi tres décadas de guerra civil, Angola está en gran medida por descubrir y ha permanecido ajena al contacto humano. Para los aventureros y los entusiastas de la naturaleza esto significa destinos vírgenes en los que hacer safari.
De hecho, los safaris angoleños proporcionan a los visitantes un experiencia totalmente distinta: lo que verá en el país serán los hábitat naturales en su forma más básica, en buena parte sin las inevitables huellas del turismo masivo y del desarrollo.
Los safaris suelen durar en Angola unos cuantos días y le llevan hasta escenarios naturales como el parque nacional Iona, el paso de montaña de Leba, Tundavala y Lubango. Atravesar la playa sobre ruedas y acampar al raso son normalmente parte de la aventura.
Los avistamientos de la fauna salvaje están también garantizados, aunque posiblemente el número de animales sea menor que en otros países.
Disfrutar de la playa
Gracias a su situación atlántica, Angola posee una veintena de playas que ofrecen agradables y relajantes vistas, así como distintas actividades en las que implicarse. De hecho, las playas angoleñas son una de las principales atracciones turísticas del país.
La isla Mussulo es especialmente atractiva. Enclavada al sur de la ciudad de Luanda, la isla Mussulo, que es en realidad un banco de arena, ofrece un entorno pintoresco, resaltado por las palmeras, los cocoteros y la blancura del arenal. La atmósfera es apacible, aunque puede animarse debido a la práctica de distintos deportes acuáticos.
La isla de Luanda, enclavada en la ciudad del mismo nombre, proporciona unas vistas del mar increíblemente hermosas a los visitantes que buscan un destino exquisito al que escapar. Aparte de las playas, posee restaurantes, clubes, bares y casinos.
En la provincia de Benguela se encuentran la playa Morena y Baia Azul, dos de los arenales más prometedores de la zona. Sus aguas invitan al baño y el escenario es igualmente fabuloso.
Vivir el ambiente nocturno
Puede que Angola aún esté en proceso de recuperarse, pero en absoluto es un destino aburrido. Buena prueba de ello es el ambiente nocturno del país.
Cuando cae la noche, los bares y discotecas de Angola están a pleno rendimiento, ofreciendo a los clientes pura diversión angoleña. La música aporta ritmo a la noche, y la comida y la bebida mantienen a todo el mundo despierto y entretenido.
Los locales de ocio tienen en Angola distintos horarios, pero la mayoría permanecen abiertos hasta bien entrada la noche. En la mayoría de estos establecimientos, la música y el baile angoleños son parte de la diversión. Esto demuestra la influencia de la cultura del país sobre el tipo de ambiente nocturno que se vive.
Comprar artesanía local
Los angoleños posee en su propia sensibilidad artística, que se manifiesta en sus productos artesanos, tales como máscaras, collares, artículos de abalorios, esculturas y tallas en madera. La artesanía local es una expresión artística pero, en mayor grado aún, es reflejo de las prácticas y tradiciones culturales de los angoleños.
Como era de esperar, el arte y la artesanía de Angola atraen el interés de los turistas, motivo por el que distintos mercados y comercios de las principales ciudades venden distintos artículos artesanos.
El mercado de Futungo, que se encuentra al sur de Luanda, es uno de los centros comerciales de artesanía de Angola. En él encontrará distintos tipos de productos locales y experimentará el auténtico ambiente de un mercado angoleño.
Otras tiendas en Luanda y sus alrededores ofrecen telas de batik, joyería, cuadros, cestería, instrumentos musicales y cerámica. Asegúrese de que sus compras llevan el sello exigido, ya que este tipo de certificación es necesario para sacarlos del país.
Es posible utilizar dólares para hacer las compras, pero el cambio seguramente sea en kwanza. El uso de las tarjetas de crédito es muy limitado y no suelen ser aceptadas.
Ir de pesca
Las aguas angoleñas bullen de vida, lo que explica que la pesca en este país sea una experiencia placentera. El pez vela, el atún, la lampuga, el caranx hippos, el sábalo, el pargo cubera y el barbudo son algunas de las especies que se encuentran en Angola.
En este país es posible practicar tanto la pesca en aguas interiores como en mar abierto. Concretamente, las áreas cercanas a Luanda (los ríos Kwanza y Longa, por ejemplo) son destinos populares entre los pescadores.
La temporada de pesca es variable: por ejemplo, entre los meses de noviembre y abril resulta ideal pescar sábalos en el río Kwanza, y de enero a marzo abundan los peces vela en las cercanías de Luanda. El momento óptimo para la pesca del marlín es entre marzo y mayo.
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